El presidente estadounidense, Barack Obama, confirmó este miércoles la muerte del embajador de EE.UU. en Libia, Chris Stevens, y de otros tres norteamericanos en el ataque contra el consulado de su país en Bengasi.
«Condeno enérgicamente el atroz ataque a nuestras instalaciones diplomáticas en Bengasi, que ha arrebatado las vidas de cuatro estadounidenses, incluido el embajador Chris Stevens», afirmó Obama en una declaración distribuida por la Casa Blanca.
«En estos momentos los estadounidenses tenemos en nuestras oraciones a las familias de quienes hemos perdido. Ellos ejemplifican el compromiso de Estados Unidos con la libertad, la justicia y la colaboración con países y pueblos en todo el mundo, que contrastan con quienes cruelmente tomaron sus vidas», agregó.
El mandatario indicó que han tomado medidas para la protección del personal estadounidense en Libia y «para aumentar la vigilancia en nuestros puestos diplomáticos en todo el mundo».
El suceso se produjo la noche del martes, día del onceavo aniversario de los ataques del 11 de septiembre de 2001 contra Estados Unidos. Además, en vísperas de que en Libia el Congreso General Nacional (CGN), la más elevada autoridad política del país, eligiese al jefe del gobierno cuya principal tarea será poner en marcha un ejército y una policía profesionales.
En protesta contra una película que consideraban insultante para el islam, los manifestantes armados atacaron la legación diplomática y dispararon cohetes contra el edificio, indicaron fuentes de seguridad libias.
Testigos dijeron que los protestantes arrancaron la bandera estadounidense y prendieron fuego al consulado y que se produjeron enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad y hombres armados.
De su lado, el viceministro de Interior para el oriente de Libia, Wanis al Sharf, acusó a «delincuentes y a simpatizantes del antiguo régimen» del coronel Muamar al Gadafi de estar implicados en el asalto.
La película provocó también una protesta ante la embajada estadounidense en El Cairo (Egipto), durante la cual los manifestantes sustituyeron la bandera de Estados Unidos por un estandarte islámico.
Según el diario The Wall Strett Journal, la película, titulada «Innocence of Muslims» («La inocencia de los musulmanes»), fue realizada por el israelo-estadounidense Sam Bacile. Tras la manifestación en El Cairo, declaró al diario: «el islam es un cáncer».
Por su parte, en otro comunicado, la secretaria de Estado, Hillary Clinton, también expresó su «tristeza profunda» por la noticia del fallecimiento de los cuatro funcionarios estadounidenses.
Resaltó la pasión de Stevens «por el servicio, por la diplomacia y por el pueblo libio». Cuando el conflicto en Libia se extendió, prosigue Clinton, «Chris fue uno de los primeros estadounidenses sobre el terreno en Bengasi», puntualizó la funcionaria.