En 1985, cuando el tulcaneño Porfirio Eche terminó la secundaria, su sueño era estudiar ingeniería agropecuaria. Para cumplirlo debía viajar a Quito e inscribirse en la Universidad Central del Ecuador. Eso significaba gastar dinero en alquilar un cuarto, en alimentación y en el alto precio de la universidad pública en ese tiempo.
Los padres de Porfirio no tenían un trabajo estable, no podían pagar el alto costo para que el sueño de su hijo se cumpla. El joven prefirió entonces buscar un trabajo mientras veía cómo los años se llevaban la esperanza de tener un futuro digno y cómo se alejaba cada vez más su sueño de estudiar.
él no se imaginó que a sus 40 años vendría el momento de cobrarle al destino los sueños robados. Una política enfocada en el desarrollo del ser humano, impulsada desde 2006 por el actual gobierno ecuatoriano, le permitió la revancha cuando se abrió la Universidad Politécnica Estatal del Carchi (UPEC). Actualmente, Porfirio está en proceso de graduación y es parte de la primera promoción de Ingeniería Agropecuaria de la UPEC, pues se graduará a finales de este año.
Como el suyo, los casos se repiten en Tulcán. “Sinceramente, nosotros no gastamos ni el 10% de lo que gastaríamos si no tuviéramos la universidad en nuestra ciudad. Es un ahorro para nuestros padres y una oportunidad para que más gente pueda acceder a educación de calidad y gratuita (…) Yo tengo compañeros que vienen de San Gabriel y de otros cantones. Ellos ya no tienen que ir a Quito ni tampoco decir que no tienen dinero para estudiar”, dijo Francis Hernández, estudiante de la UPEC.
Marco Borja, jefe de seguridad de la UPEC, cuenta que él tuvo que ir a Quito cuando acabó el colegio y que –después de 20 años de vivir en la capital- cuando se creó la universidad, le ofrecieron ocupar ese cargo, no dudó un solo instante y regresó a su natal Tulcán.
“Hermano, no sabe la alegría que es estar cerca de la familia, de la gente que uno quiere. La universidad tiene un fuerte impacto social porque mantiene unido al núcleo familiar, ya no es necesario que la gente se vaya y deje botado todo para ir a buscarse la vida”, aseguró.
Hugo Ruiz, rector de la universidad, recuerda que la ciudadanía esperó cerca de 40 años para que se tome la decisión de llevar a cabo la construcción del centro de estudios. “La UPEC constituye un hito histórico que va a cambiar la mentalidad del pueblo del Carchi; va a llenar una necesidad que teníamos y buscará el desarrollo de Tulcán, el Carchi y la zona de integración entre Ecuador y Colombia”, comentó.
Héctor Herrera, tulcaneño de 25 años y estudiante de Administración, aseguró sentirse feliz por la calidad de la educación y las modernas instalaciones con las que cuenta su universidad. “La universidad nos provee de todos los materiales que necesitamos y los profesores son de alto nivel (…) nosotros necesitamos universidades de primer nivel, no en cantidad sino en calidad”, dijo.
La integración regional motivada desde Carondelet tiene eco y encuentra asidero en las instalaciones de la UPEC. Cientos de estudiantes colombianos han llegado hasta la universidad por su alto nivel educativo.
Mayerli Guerrero, colombiana de 20 años, aseguró que en su país no encuentra las facilidades para estudiar que sí tiene en Ecuador. Con ese criterio coincide la también colombiana Rosario Guancha, quien afirmó que estudiar en Ecuador resulta al menos tres veces más económico que en Colombia.
Para Blanca Gordón, profesora de enfermería de la universidad, el hecho de que los estudiantes se queden en su lugar natal, mejora las condiciones de vida no solo de ellos sino que se empiezan a generar proyectos que se desarrollan en la provincia, generando fuentes de trabajo en el sector salud y agrícola.
La UPEC cuenta con carreras de Turismo, Agropecuaria, Enfermería y Comercio Exterior. Su campus es uno de los más grandes entre las universidades ecuatorianas: solo en la sede principal tiene 40 hectáreas y a eso se debe sumar las 45 hectáreas de la finca de San Francisco y la finca La Concepción –incautada a narcotraficantes- de 40 hectáreas, donde los estudiantes realizan prácticas in situ.
Recorrer las instalaciones de la UPEC es comprobar el nivel de compromiso del régimen en cuanto a equipamiento y apuesta por el Buen Vivir de los ecuatorianos. La inversión en este ámbito se ha multiplicado y la diferencia con gobiernos pasados es abismal. El cambio de época es innegable, el futuro desde el Carchi tiene otro color, promete, genera esperanza.