Estados Unidos está encarcelando a más inmigrantes ilegales que nunca antes y eso está generando un lucrativo negocio para las mayores compañías privadas de prisiones en el país.
Un estudio de la AP muestra que las firmas privadas se han gastado más de 45 millones de dólares cabildeando ante legisladores y contribuyendo a campañas electorales en el último decenio, cuando su proporción de la capacidad de detención ha aumentado de 10% a casi la mitad.
El costo para los contribuyentes estadounidenses por mantener a los 400.000 inmigrantes detenidos va en camino de rebasar los 2.000 millones de dólares este año. Las compañías esperan sus mayores ganancias en unos pocos años porque el gobierno planea construir nuevas instalaciones.
Se prevé que la expansión continúe pese a que el país ha registrado una baja en la inmigración ilegal. Funcionarios federales le dijeron a la AP que la privatización no es necesariamente menos costosa.