La perspectiva de cambiar su nombre para no ser amedrentada, vivir con el temor tras conocer que su nieto de 21 años fue amenazado de muerte, soportar la enfermedad de su padre a la distancia y pensar que no lo podrá ver morir y tener síntomas de estrés crónico, fue parte del relato que Christine Assange hizo esta mañana en Quito, cuando rompió el esquema que ella misma planteó de no hablar sobre sus sentimientos y referir documentos que sustentan el riesgo que vive su hijo Julian, resguardado en la embajada ecuatoriana en Londres.
Minutos antes pidió a la prensa que esperara unos minutos, se levantó de la mesa donde departía con el canciller Ricardo Patiño y salió a llorar. Fue un momento de quiebre propiciado por una pregunta que hizo un periodista y le pedía hablar, ya no sobre la base jurídica y de documentos revelados- sino desde la voz de una madre.
Unas fotos de la infancia de Julian Assange fueron el final de su exposición de argumentos, narrados de forma cronológica sobre la detención del comunicador australiano y el devenir de su enjuiciamiento que ahora pretende llevarlo a Suecia, donde según su madre estará encarcelado sin una causa iniciada; confinado y sin comunicación, excepto con sus abogados suecos; juzgado por jueces determinados por los partidos políticos, que recibirán pruebas de descargo apenas dos semanas antes de instalar la audiencia y enfrentarse a una prensa que se ha mostrado hostil.
“Temo por mi hijo”, dijo Christine a la prensa ecuatoriana, porque presume que Estados Unidos intentará extraditar al jefe de Wikileaks a su territorio, donde pudiera ser acusado de espionaje y juzgado, en consecuencia, por una corte militar que puede ordenar su ejecución. «Como madre, estoy aterrorizada de lo que le podría pasar a mi hijo si es extraditado a Estados Unidos», alertó.
Lamentó que su país de origen, Australia, no ha hecho mucho para ayudar a su hijo y destacó más bien el mejor trato que ha recibido de Ecuador y sus autoridades.
Criticó que Estados Unidosse ha convertido en un estado policial y cuestionó que algunos presentadores de noticias y periodistas tengan una actitud hostil hacia Julian Assange, contra quien piden que se aplique la ejecución.
El canciller Ricardo Patiño enfatizó nuevamente que la decisión de aceptar la solicitud de asilo del australiano no está tomada y demorará el tiempo que sea necesario. Sin embargo, sí reconoció estar sorprendido por la información recibida en esta mañana.
Christine Assange arribó el fin de semana a Quito, ciudad donde permanecerá hasta el 4 de agosto tiempo en el que tiene previsto mantener reuniones con funcionarios de Gobierno. De acuerdo al canciller Patiño, esta semana la madre del fundador de Wikileaks se reunirá con el presidente de la República, Rafael Correa, y con el titular de la Asamblea Nacional, Fernando Cordero.