El Centro Histórico y los sectores de La Necochea, El Triángulo y La Marín, son las cuatro zonas de la capital con mayor índice de contaminación del aire. Esto lo revelan los monitoreos diarios que realiza la Secretaría de Ambiente en las ocho administraciones zonales, por donde transitan alrededor de 410.000 vehículos diariamente.
Según el secretario de Ambiente, Ramiro Morejón, las calles estrechas y las casas cercanas aportan a que el humo de los autos se acumule en un solo sector, lo que causa que el Centro Histórico sea una de las áreas con mayor contaminación.
El contaminante de los cuatro sectores es el dióxido de nitrógeno (NO2), emanado principalmente por los automotores y el material particulado (PM), en este caso el hollín que emana el humo de los carros, provocados por el combustible.
Valeria Díaz, encargada de la Red de Monitoreo, explicó que por la altitud de Quito, a 2.800 metros sobre el nivel del mar, la combustión no se completa, por lo que hay más emisión de las toxinas combustible.
Sin embargo, Morejón aclaró que el aire que se respira en Quito aún es óptimo. “No se puede comparar con el de Santiago de Chile y México que tienen alto nivel de tóxicos”, dijo. Agregó que los niveles de polución del aire son aceptables, no sobrepasan la Norma Nacional de Calidad del Aire Ambiental.
Los controles de la calidad del aire se realiza desde nueve estaciones ubicadas a lo largo de las ocho administraciones de Quito: Cotocollao, Carapungo, Belisario, Jipijapa, El Camal, Centro, Guamaní, Tumbaco y Los Chillos, así como con 43 estaciones manuales.
Personas que trabajan y transitan por el Centro Histórico coinciden en decir que sienten que el aire no es bueno y que el lugar es muy contaminado. Luisa Díaz, de 23 años, labora en las “Cabinas Juanito”, en la calle Bolívar, quien contó que el humo negro de los autos que circulan por la vía entra al negocio y le provoca dolor de cabeza.
Otras de las personas que se siente afectada por el humo es Bolívar Paz y Miño, de 83 años, propietario de la peluquería “Bolivariana”, ubicada en la calle Flores. Contó que todo entra al local y que la molestia más común es el ardor de ojos. Además, relató que en las casas cercanas se observa el hollín acumulado en las paredes, pero que en su local no se ve porque la propietaria de la vivienda la pinta cada tres meses.
José Campaña, médico del Subcentro de Salud Luluncoto, en el centro, explicó que la contaminación ambiental ocasionada por la emanación de gases y humo de los vehículos causa en las personas que lo absorben diariamente problemas respiratorios.
“La polución siempre afecta, tendiendo a infección agudas altas al tracto respiratorio superior”, indicó. Campaña destacó que las personas que sufren de esas infecciones son propensas a tener influenza y síndromes gripales, y también trastornos alérgicos, como rinitis, sinusitis y otros.