La disidencia interna en Cuba recibió con dolor y consternación la inesperada muerte de Oswaldo Payá, uno de los líderes de la oposición más reconocidos internacionalmente, fallecido ayer en un accidente de tráfico en la región oriental de la isla.
Payá, el líder del Movimiento Cristiano Liberación, fue el principal gestor del Proyecto Varela, una iniciativa que proponía reformas a la Constitución de la isla, y fue el primer opositor cubano que obtuvo el Premio Sajarov a los Derechos Humanos y la Libertad de Pensamiento del Parlamento Europeo (PE) en 2002.
Disidentes como las «Damas de Blanco» y el periodista independiente Guillermo Fariñas, también ganadores del premio Sajárov, en 2005 y 2010, respectivamente, lamentaron el fallecimiento de Payá y elogiaron su figura.
«Lamentamos su muerte, queremos rendirle tributo. En menos de nueve meses hemos perdido a dos voces de la disidencia: primero Laura Pollán (líder de las Damas) y ahora Payá», indicó Berta Soler, portavoz de ese grupo femenino.
Guillermo Fariñas dijo a su vez que «acaba de fallecer un patriota que vale lo que pesa en oro». «La patria ha perdido un hombre que lo ha dado todo por lograr que la ciudadanía cubana sea libre», apuntó.
Asimismo, el expreso del «Grupo de los 75» Oscar Espinosa Chepe, señaló que la muerte de Payá «es una pérdida tremenda para el movimiento disidente cubano».
«Era un líder con una trayectoria desde posiciones pacíficas y constructivas, él se ha ganado un puesto en nuestra historia y una referencia a seguir por nuestro compatriotas», subrayó.
Elizardo Sánchez, portavoz de la disidente Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional (CCDHRN), calificó de «tragedia terrible» la muerte de Payá.
«La Cuba presente ha perdido a un hombre sumamente necesario, la Cuba futura ha perdido a un político imprescindible», escribió en la red social Twitter la conocida bloguera crítica Yoani Sánchez.
En el accidente que este domingo le costó la vida a Payá murió también el cubano Harold Cepero y resultaron heridos el español ángel Carromero, un dirigente local de Nuevas Generaciones del Partido Popular de Madrid, y el sueco Jens Aron Modig.
De su lado, el Gobierno español expresó hoy «sus condolencias más sentidas» por el fallecimiento de Payá y del activista Harold Cepero.
El Ministerio de Asuntos Exteriores señala en un comunicado que está «recabando toda la información pertinente que permita conocer las causas de este accidente» y anuncia que ha decidido «desplazar de forma inmediata» al cónsul español a Bayamo para poder atender adecuadamente a ángel Carromero.