En su casa y sentado sobre una mecedora, el ex presidente Gustavo Noboa habla sobre los sucesos ocurridos durante el gobierno de Jamil Mahuad.
En un libro narra los episodios que lo llevaron de la Vicepresidencia a la Primera Magistratura. Indica que él tomó la decisión de continuar con la dolarización con mucha fe por lo que se responsabiliza. Y cuenta que se reunió dos veces con León Febres-Cordero en el inicio de su administración.
¿Qué lo motivó a escribir el libro “Porqué fui Presidente” 10 años después de su llegada al poder?
Yo creo que la historia hay que escribirla y debe ser escrita por uno, si tú no escribes te la escriben y te la escribe a veces el enemigo.
En los primeros capítulos del libro usted menciona que Mahuad convocó a dos banqueros, pero los deja plantados. ¿Quiénes fueron?
Jamil llamaba a personas para que lo asesorasen, pero a veces no los atendía; ellos se quedaban en Quito, en el Palacio, desde las 8 de la mañana y a las 7 de la noche no los había atendido, por ello se regresaban a Guayaquil. Y recuerdo yo que dos de esos banqueros fueron Guillermo Lasso y Roberto Baquerizo, que los llamaron para que asesorasen en algo, no sé, nunca lo supimos, tampoco le pidieron nada, pero cuento eso como parte de un todo. Jamil no tomaba las decisiones a tiempo y se diluía en estas cosas.
Decían que el Gobierno de Mahuad era de banqueros…
Cuando se generaliza tanto se cometen errores (…) El único asesor banquero que yo conocí fue el que fue gerente de la Previsora, álvaro Guerrero.
Ese sí era asesor de Jamil y ese fue el que asesoró todo el tema del feriado y el congelamiento bancario. Guillermo Lasso no porque fue nombrado ministro, pero duró un mes porque no estuvo de acuerdo con lo que hizo Jamil y renunció.
Yo no puedo decir que Guillermo Lasso fue asesor de Jamil, Baquerizo tampoco. El gobierno de los banqueros es una frase muy amplia que no corresponde a la realidad.
Cuando habla de la dolarización cita a un político que le dijo a Mahuad: “dolariza o te caes”. ¿Quién era?
Cuando viene la dolarización que, hay periodistas que dicen que fue una gran obra de Mahuad, eso fue una decisión política. Yo recibí un decreto, nada más. El que hace la dolarización soy yo.
El que la implementa soy yo. El que se reúne con el Banco Central, la Junta Monetaria y cambia los sucres por dólares soy yo. Usted me hace una pregunta que está en el libro, ahora quiere oírlo, no hay problema. En los momentos más difíciles y duros ocurre que en el despacho estaba hablando Jaime Durán con su amigo Jaime Nebot.
Esta escena es relatada por Jaime y le dice Jaime Nebot a Durán ‘dolariza o se cae’. Fue un consejo sano y Jaime Durán le contesta ‘dícelo tú mismo’, le pasa el teléfono, y Jaime le dice eso.
¿Cómo fue la reunión con Febres-Cordero?
La idea la toma Juan José Pons. Era el presidente del Congreso y tenía que hacer alianza o al menos tener conversaciones con los partidos para sacar adelante la Ley Trole. Para mí la Trole era muy importante.
Hay dos cosas en mi gobierno que son las que permite vivir al país actual, la dolarización y el oleoducto de crudos pesados. Son las obras magnas de mi gobierno.
Entonces Juan José Pons me dijo que teníamos que reunirnos con los partidos políticos. Cuando me propuso reunirnos con el Partido Social Cristiano no puse buena cara.
¿Por qué aceptó si ya había tenido problemas como Gobernador?
Acepté porque por el país tienes que hacer muchas cosas. Uno nace y se muere, pero el país queda y por el país había que hacer muchas cosas. No fue agradable reunirme con Febres Cordero, pero era necesario para el país, había que contar con los votos socialcristianos para sacar adelante el OCP. Ese fue el motivo por el cual yo me reuní con él.
¿Qué pidió a cambio el Partido Social Cristiano?
Nada. La verdad fue muy enfático Febres Cordero en afirmar que esta no era una alianza Gobierno-Partido Social Cristiano. Era ponernos de acuerdo en cosas puntuales en bien del país. Con mi hermano se portó agresivo. Para mí fue una reunión donde no hubo rosas ni chocolates, no había eso.
Usted narra luego una escena muy patética en la que Mahuad estaba rendido y le dice a usted que no sabe qué hacer…
Encontré a un Mahuad ojeroso, arrimado a la pared, con los brazos caídos, lo remecí duro, fuerte para sacarlo del estado en el que estaba, y le dije: Jamil, qué te pasa y lo hice con mucho cariño.
En la vida hay que tomar medidas en el momento correcto. Yo creo que el presidente Mahuad debió dolarizar un año antes, pero no lo hizo.
El 22 de enero, a las tres y media de la mañana, cuando estuve en el Ministerio de Defensa tuve que decidir qué hacía con la dolarización. En ese momento decido. Sin un solo estudio.
¿Con qué fundamento decidió continuar la dolarización?
Con mi fe de que iba a salir adelante. Con una decisión que yo tomaba desde niño que decía que “por donde mete la cabeza sacas el cuerpo”. Con una confianza de que me iba a ir bien. Y con un par de cosas que no las puedo decir.
Carlos Larreátegui criticó su libro…
Dice que ha sufrido una gran decepción. Yo también he sufrido una gran decepción con Larreátegui; él tiene que decidirse ser rector de la universidad o ser político.
Yo no voy a hablar de Larreátegui, he sido amigo de él y se disparó contra mi porque es más amigo de Mahuad. Yo creo que él ha sido el mayor mahuadista de este país. Yo no lo sabía, quizá había tenido algún resentimiento conmigo, pero no entiendo la postura de él.
¿él critica que cite obras de muchos autores?
Yo soy abogado y él también. Los abogados cuando presentamos un escrito citamos lo que dicen autores de derecho civil, laboral… para fortalecer nuestros alegatos. Y podemos citar millones de autores que avalan nuestro argumento. ¿Qué tiene de malo eso? Eso es lo que yo he hecho.
Jorge Vivanco también lo criticó…
Creo que el Sr. Vivanco, sencillamente, no ha leído el libro. Yo hablo de que Jamil hizo la paz al final con Perú. Yo digo que tomó la resolución de la dolarización. Estoy reconociendo esas cosas de Jamil Mahuad, pero al Sr. Vivanco debieron haberle congelado sus depósitos y eso fue obra de Mahuad por su inacción.
Cada uno con su corazoncito hace lo que le da la gana, ama a quien ama y no ama a quien no ama. Yo no voy a discutir.
Foto: RTU