En las calles de varios sectores de la ciudad (norte, centro y sur) hay baches que obstaculizan el flujo normal de los vehículos, y que incluso han ocasionado accidentes de tránsito. Los moradores de estos sectores temen que la situación empeore frente a la posibilidad de que se presente el fenómeno de El Niño.
Hace menos de un mes, este diario El Telégrafo hizo un recorrido y detectó más de 500 baches pronunciados en aproximadamente un centenar de vías de la ciudad.
Calles como Esmeraldas, Los Ríos (centro), Av. de las Américas (norte) y varios tramos de la 25 de Julio y Capitán Nájera (sur), han sido, según se observa, intervenidas con asfalto, y se han subsanado los inconvenientes.
Sin embargo, en las avenidas Las Aguas, Jorge Villacrés, Enrique Ortega (norte), Tulcán, Alcedo (centro), Juan Péndola (sur), entre otras, el problema de los baches aún no se ha solucionado. A eso se suman los diversos problemas de las calles Rogerio Beauger y Martín Avilés, en el Guasmo.
El robo de las tapas de alcantarillas ubicadas en el centro de algunas calles se ha convertido, por ejemplo, según moradores del Guasmo, en una “trampa mortal”.
Darwin Quintero habita hace 30 años en la cooperativa Unión de Bananeros y en su vivienda, en la calle Atahualpa y Transversal 11, ha tenido problemas porque los vehículos al esquivar los baches invaden el frente de su casa. “Hace poco casi me atropellan cuando entraba a mi casa y este problema existe desde el año pasado… pasamos el último invierno con los baches y alcantarillas destapadas”, aseguró Quintero.
A pocos kilómetros de ahí, en la avenida Domingo Comín, el morador Luis Vásconez se quejó de que el rastrilleo tiene ya dos meses y no terminan de reparar la vía. “Como no es a ellos (autoridades) a quienes se les daña la suspensión del vehículo, se toman todo el tiempo del mundo para una tarea que no debería demorar más de una quincena”, afirmó Vásconez.
En ciertas intersecciones se forman huecos a causa de la pavimentación superficial que deja en un nivel más bajo las tapas de la Empresa de Agua Potable y Alcantarillado (Ecapag).
Si bien no son baches, se vuelven orificios que también perjudican a los choferes en la época de lluvias, debido a que no hay suficiente visibilidad para evitar “hundirse” con sus automotores.
Cedros y calle 10 (Urdesa) y Brasil y Los Ríos son dos lugares en los que, tanto motos como autos, deben tomar más precauciones para evitar los orificios.
Daniel Rodríguez, morador de la Guangala, criticó que en la repavimentación de estas calles se obviara el nivel de las tapas. “Si llega la lluvia con ese problema no van a faltar los accidentes por culpa de algún descuidado… no sé si el Municipio o Ecapag, pero alguien debe hacerse responsable”, comentó Rodríguez.
Según hipótesis de Miguel Cabrera, un obrero con años de experiencia, la causa de tantos baches en la época de lluvia radica en que Guayaquil está asentada sobre agua y terrenos lodosos. “Cuando llueve se mueve el terreno y cuando esto sucede se absorbe la tierra en varios puntos y esto hunde el pavimento poco a poco”.
El Municipio de Guayaquil, por su parte, adjudicó cinco contratos de pavimentación, adoquinamiento y construcción de pasos peatonales para solucionar los problemas viales de la urbe.
Las obras de repavimentación serán ejecutadas en la parroquia Febres Cordero, en la ciudadela Los Vergeles y en Pascuales, en un plazo de 10 meses. Las calles que se intervendrán son Portete, García Goyena y aquellas que están ubicadas cerca de las riberas de los esteros Mogollón y Puerto Liza.
Foto: El Telégrafo