La caja negra del crucero «Costa Concordia», que se hundió en enero y causó la muerte de 32 personas, no funcionaba en el momento en que se produjo el accidente, por lo que el barco contravenía las normas de navegación, informó hoy el diario «Corriere della Sera».
El periódico cita un informe al que tuvo acceso y que fue presentado en abril al tribunal que lleva la investigación en la ciudad toscana de Grosseto. El crucero se fue a pique el 13 de enero cerca de la isla de Giglio, en la costa oeste de Italia.
Hasta ahora se ha confirmado la muerte de treinta personas mientras que dos siguen oficialmente como desaparecidas. Según el informe, Pierfrancesco Ferro, director de servicios técnicos de la empresa dueña del barco, Costa Crociere, pidió la reparación de la caja negra el día 11 de enero. El trabajo iba a realizarse el 14, cuando estaba previsto que el barco llegara al puerto de Savona.
En un email enviado a la empresa de reparaciones, Ferro se queja de que la caja negra se ha roto por «enésima» vez. Sin embargo, Costa Crociere niega este hecho y aunque reconoce que había un «error de código» en la caja negra, asegura que eso no significa «en absoluto» que el aparato no estuviese funcionando.
Como prueba de ello, la empresa subraya que los jueces han pedido a expertos que recojan los datos contenidos en la caja negra. Además, también negó que una falla eléctrica a bordo haya impedido el cierre de las compuertas que podrían haber evitado que se inundaran algunos de los compartimentos del barco.
Costa Crociere sigue considerando como responsable de los hechos al capitán el barco, Francesco Schettino, por haber elegido una ruta no autorizada. Schettino está bajo arresto domiciliario acusado de homicidio imprudente, destrucción del barco y de abandonar el mismo antes de que hubiesen sido evacuadas las aproximadamente 4 200 personas que iban a bordo.