La captura de Osama Bin Laden en meses previos al ataque de las torres gemelas en Estados Unidos, el 9 de septiembre del 2001 (9/11), no era prioridad para el Gobierno de George W.Bush, según documentos desclasificados por los Archivos de Seguridad Nacional (ASN).
Los datos revelan además, que la Agencia Central de Inteligencia (CIA) tenía problemas de presupuesto para la época y pretendía presentar una demanda urgente de capitales ante el Congreso federal en Washington, consigna la Agencia de Prensa Latina.
Según los documentos, la CIA enfrentaba desequilibrios financieros desde el final de la administración de Bill Clinton hasta los primeros ocho meses del mandato de Bush.
“No creo que el entonces presidente republicano quisiera ver publicados estos documentos, porque confirman teorías sobre cierta responsabilidad del gobierno en los atentados terroristas de 2001”, comentó Barbara Elias-Sanborn, editora de la revista Salon.
Unos 120 archivos fueron desclasificados por los expertos del ASN bajo mandato de la Comisión Federal del 9/11 y del Acta del Congreso para la Libertad de la Información. El material contiene mucha información sobre la persecución al líder extremista islámico, sobre el despliegue de fuerzas del Pentágono en el Medio Oriente, y las relaciones de Estados Unidos con Pakistán.
Uno de los expedientes evidencia que la CIA tuvo en la mira a Bin Laden en meses previos a los ataques de septiembre, pero el gabinete Bush no confirmó el dinero para proseguir el monitoreo del presunto terrorista.
Tales referencias contradicen explicaciones de la Casa Blanca acerca de que militares estadounidenses «persiguieron intensamente» al jefe de al Qaeda y nadie pudo evitar las agresiones contra Nueva York y Washington.
Los datos difundidos este martes refieren acciones políticas y militares de entre los años 1992 y 2004, y parte de ellos ya fueron publicados en un informe de la Comisión del 9/11 en 2005.
Desde 1998 la organización Al Qaeda era la principal preocupación de las agencias estadounidenses de inteligencia luego de los bombazos contra las embajadas de Washington en Kenya y Tanzania, y que Bin Laden declarara la guerra santa contra este país.