El presidente español volvió a negar el rescate de cien mil millones de euros otorgado por la Unión Europea e insistió en presentarlo como “un crédito para la banca” sin condiciones pese a que se exige el cumplimiento del objetivo de déficit a través del ajuste fiscal.
«Es un crédito a la banca que va a pagar la propia banca, y debemos celebrar que nuestros socios europeos nos hayan ayudado», afirmó Rajoy durante una sesión de control parlamentario, que estuvo centrada en el rescate oficializado el pasado sábado.
El jefe del Ejecutivo respondía así, sin dar más detalles, a la pregunta del diputado de la Izquierda Plural, Joan Coscubiela, quien le pidió que aclarara por qué los ciudadanos tienen que pagar con sus derechos, salarios e impuestos una crisis provocada por el sistema financiero.
Rajoy admitió que está «tomando decisiones difíciles» para reducir el déficit y el endeudamiento del país, pero aseguró que no tiene más opción porque es la “herencia” que le dejaron los socialistas.
También utilizó el mismo argumento para justificar que haya tenido que pedir ayuda a Europa -sin mencionar nunca la palabra rescate- al afirmar que el anterior gobierno socialista pudo recapitalizar a la banca en 2009, como toda Europa, y no lo hizo.
«Vamos con tres años de retraso con respecto a los demás», remarcó Rajoy, quien recordó que la Unión Europea inyectó un billón y medio de euros de dinero público en el sistema financiero.
Ahora, «España ni tiene esos 100.000 millones, ni podemos emitir deuda pública», añadió.
El líder del opositor Partido Socialista (PSOE), Alfredo Pérez Rubalcaba, instó a Rajoy a que admita que el rescate incluye condiciones y le exigió la creación de una comisión parlamentaria que supervise el proceso de rescate y estudie su “letra pequeña”, que es donde “está el diablo”, dijo.
En ese sentido, el secretario general de los socialistas remarcó que si concretan los rumores que llegan desde Bruselas, “estaremos haciendo algo que es ineficaz desde el punto de vista económico: ajustar, ajustar y ajustar”.
“Estoy seguro que estamos ajustando por encima de nuestras posibilidades, y así no vamos a poder crear empleo”, apuntó Rubalcaba.
Pero Rajoy reiteró en que su principal objetivo es reducir el déficit, de ahí que el plan siga siendo “austeridad”, “reformas estructurales” y “mayor integración europea”.
Respecto a la integración europea, el jefe del Ejecutivo español explicó que envió una carta a la Comisión Europea y al presidente del Consejo Europeo en la que defiende una “unión fiscal y bancaria” en la zona euro.
A su turno, el ministro de Economía, Luis de Guindos, reiteró que los fondos europeos “no tendrán condiciones adicionales de política fiscal y reformas estructurales”.
Ni Rajoy ni sus ministros utilizaron la palabra “rescate” para referirse a los 100.000 millones de euros que el Eurogrupo puso a disposición de España para sanear a la banca y calmar así a los mercados, un objetivo que aún no se ha conseguido.
Por eso, la diputada de Unión, Progreso y Democracia (UPyD), Rosa Díez, le preguntó a Rajoy qué tiene que pasar para que diga la verdad.
“Dígalo conmigo: rescate, rescate limitado, financiero, light”, le pidió Díez, con ironía, al presidente del gobierno.
Ante la falta de concreción de los detalles en torno a las ayudas, los inversores dudan de la capacidad de España para pagar sus deudas sin recurrir a más ayuda externa, ya que el rescate generarán déficit y obligará a hacer un mayor esfuerzo de ajuste que pondría en riesgo la estrategia de salida de la recesión.