El alcalde de Quito Augusto Barrera está bien resguardado. En su actual equipo de seguridad trabaja óscar Sosa, un triple campeón mundial de Kickboxing. Su amor por el deporte y su profesión como guardaespaldas parece mezclarse bastante bien, pero en escasas ocasiones ha empleado en la calle lo que hace en el ring.
Cuando tenía 16 años –ahora tiene 35- óscar inició en el Tae Kwon Do y se consagró campeón intercolegial. Ese fue el empujón anímico que lo motivó a seguir por esa misma línea. En 2003 decidió cambiar de disciplina e inició en el Kickboxing. Su primera competencia internacional la ganó en 2006 en El Chaco, oriente ecuatoriano. Al año siguiente viajó a Brasil para disputar el campeonato suramericano que lo clasificó al mundial de Italia.
“Me rompieron la nariz, quedé tercero”, recuerda el miembro de la Policía Metropolitana. Pero aquella vez no fue la única que sufrió las consecuencias de practicar este deporte. En 2008, en el primer campeonato mundial profesional, un contrincante le rompió las costillas y tuvo que alejarse de las peleas por un año. No todo fue negativo en aquella competencia, pues levantó el título en Full Contact y el vicecampeonato en Low Kick y clasificó al mundial 2011, que también ganó.
Su tercera defensa del título se dio este año. él dedicó seis meses de duro entrenamiento para alzar un nuevo trofeo. “Pateaba árboles, no era un entrenamiento común, era a la antigua”, contó. “Me ha costado llegar a donde estoy”, dijo. Y aunque se retiró del ring después de ese título aún conserva la pasión por ese deporte. óscar es profesor de Kickboxing en un gimnasio al norte de Quito.
Esto lo realiza en las noches, pues de día cumple con la agenda como guardaespaldas del Burgomaestre. “Trabajo en la Policía Metropolitana desde hace 12 años, me preparé bien para este trabajo con cursos aquí y en el exterior”, comentó. “Mi día empieza según la agenda del alcalde, es una bonita experiencia, he cuidado a muchos dignatarios”, recordó.
En su profesión ha tenido escasos encontrones. Una vez recuerda que tuvo que utilizar sus conocimientos de Kickboxing cuando intentaron acercarse a la persona que cuidaba en ese entonces.“No pasó a mayores, llegó la fuerza pública y se lo llevó”, comentó.
Para óscar el miedo no está alejado de su vida, pese a que su fortaleza física le ha entregado títulos mundiales. “Todo el mundo tiene miedo, hasta el más fuerte, porque sino no seríamos seres humanos. Si tú estás con Dios no pasa nada, afuera hay peligros, pero uno tiene que estar preparado”, dijo.
Si bien su ciclo como deportista profesional culminó, óscar hace un recuento de cada una de las peleas en las que defendió los colores ecuatorianos y busca un reconocimiento. Quiere que su sacrificio sea recompensado con una casa propia, pues en estos momentos reside en una vivienda prestada por sus padres. “Espero que el presidente Rafael Correa escuche mi pedido”, agregó.
Foto: Agencia Andes