Cientos de personas se manifestaron este jueves en las principales ciudades de Australia para exigir la liberación del fundador de WikiLeaks, Julian Assange, después de que el Tribunal Supremo británico aprobase su extradición a Suecia para que sea juzgado por presuntos delitos sexuales.
En Sidney, alrededor de un centenar de manifestantes se congregaron frente a las oficinas del Ministerio de Exteriores con pancartas en las que se leía «Traigan a Assange a casa», «Yo soy Julian Assange», «Cárcel para los criminales de guerra, no para los periodistas» o «Saquen sus manos de WikiLeaks, merecemos la verdad».
Otros instaban a las autoridades a actuar con «moralidad y no políticamente» para proteger a Assange. En el acto participaron políticos, académicos y periodistas independientes.
En la ciudad de Townsville, situada en el noreste australiano y a 20 kilómetros de la Isla Magnetic, donde Assange pasó su infancia, una decena de personas expresó en las calles su apoyo al fundador de WikiLeaks.
Canberra, Melbourne, Brisbane, Adelaide y la localidad de Byron Bay también fueron testigos de diversas manifestaciones.
Horas antes, la madre del fundador de WikiLeaks, Christine Assange, criticó al Gobierno australiano por mantener distancia del proceso de extradición a Suecia de su hijo.
La progenitora de Julian Assange afirmó que las autoridades han sido «absolutamente inútiles», y han desprestigiado al periodista con el fin de entregarlo a Estados Unidos.
Denunció que los gobiernos no están haciendo nada, aunque en la búsqueda de protección para Julian recibe el apoyo del senador Scott Ludlam y de los Greens (movimiento político verde de Australia), de ciudadanos comunes y de organizaciones de los derechos civiles.
Assange fue detenido en Londres el 7 de diciembre de 2010 en virtud de una orden de extradición cursada por las autoridades suecas y desde entonces se encuentra bajo arresto domiciliario en el sureste de Inglaterra.
El ministro australiano de Relaciones Exteriores, Bob Carr, aseguró que al periodista de 40 años se le ha dado soporte consular, en tanto Canberra no puede interferir con el proceso legal en otro país.
Julian Assange se convirtió en una celebridad mundial y enfureció a Washington en 2010 cuando Wikileaks mostró al mundo filmaciones secretas y cables diplomáticos estadounidenses sobre las guerras en Iraq y Afganistán.
Chris Warren, secretario nacional de la Alianza de Medios, Entretenimiento y Artes, mostró preocupación por la situación de su colega, quien al final podría afrontar cargos por el trabajo periodístico hecho en WikiLeaks.
Los simpatizantes del periodista prevén realizar manifestaciones en diversas ciudades de Australia para patentizar su apoyo al fundador de WikiLeaks, premiado en este país por la contribución al sector.