El secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, espera ver un consenso sobre las islas Malvinas en la Asamblea General del organismo, después de que la Cumbre de las Américas de abril se cerrara sin consenso en torno a ese asunto.
En una conferencia de prensa, el titular de la Organización de Estados Americanos (OEA) confió en que en la cita de cancilleres que se celebrará del 3 al 5 de junio en Cochabamba (Bolivia) se cierre con el consenso que no pudo alcanzarse a nivel de presidentes en la VI Cumbre de las Américas de Cartagena de Indias (Colombia).
«En Cartagena, la principal diferencia entre los países estuvo en que esto fuera tratado en la Cumbre cuando ya era tratado durante la Asamblea. Entonces, espero que haya un acuerdo en la Asamblea, pero no puedo prejuzgar cuál va a ser la opinión de los cancilleres», señaló Insulza.
El secretario general negó que el contencioso por la soberanía de las Malvinas, en manos del Reino Unido pero reclamada por Argentina, vaya a tomar una dimensión mayor a la de otras citas anuales del organismo hemisférico.
«La resolución es la misma aprobada en otras asambleas generales», aseguró Insulza, quien precisó que la agenda es «la misma» que en la cita del año pasado en San Salvador, con la diferencia del debate sobre la reforma de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
La resolución sobre la reforma de la CIDH llegará sin cerrarse a la Asamblea General, que deberá pronunciarse sobre el carácter de las recomendaciones de la OEA para «fortalecer» a la Comisión, y que algunos estados, como Ecuador, Venezuela o México, buscan imponer de forma obligatoria mientras otros prefieren «invitarla» a adoptarlas.
Insulza recordó que el informe por el que los Estados de la OEA aprobaron las recomendaciones el pasado enero es «el mínimo común para todos», por lo que confió en que las decisiones se tomen «a partir de él» y no se trate de ampliarlo o reducirlo.
El secretario general mostró además «mucha fe en que se resuelvan los temas de lenguaje» que han impedido hasta ahora cerrar la resolución, y confió en que el proceso de reforma, con su consiguiente evaluación por parte de la CIDH, esté cerrado en el plazo de un año.
«Esto durará el tiempo que necesite durar, pero un año es un plazo razonable», admitió.
Al contrario que con las islas Malvinas, los cancilleres no podrán plantear en Cochabamba resoluciones sobre el otro tema polémico durante la Cumbre de las Américas: las aspiraciones de Cuba para asistir a esa cita regional, debido a que ese tema no figura en la agenda inicial de la Asamblea General, explicó Insulza.