Creador de personajes como Mario Bros, Donkey Kong o la princesa Zelda, el japonés Shigeru Miyamoto, considerado el padre del videojuego moderno, fue galardonado ayer con el premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades, por su trabajo innovador.
Diseñador para la firma Nintendo desde 1977, el japonés, de 59 años, es el padre de más de cien videojuegos y responsable de que la consola se convirtiese en un entretenimiento familiar.
Miyamoto «se caracteriza por excluir de sus creaciones la violencia y por innovar con programas y formatos que ayudan a ejercitar la mente en sus múltiples facetas», consideró el jurado del premio.
«No sólo es el padre del videojuego moderno, sino que ha conseguido, con su imaginación, crear sueños virtuales para que millones de personas de todas las edades interactúen, generando nuevas formas de comunicación, capaces de traspasar fronteras ideológicas, étnicas y geográficas», agregó el jurado.
Designado en 2008 como «el personaje más influyente del mundo» por la revista Time, Miyamoto se declaró «muy honrado» por el premio español. «Continuaré esforzándome para que los videojuegos sean capaces de ofrecer de manera continuada diversión y alegría a personas de todas las generaciones y en todo el mundo», afirmó este hombre que asegura mantener «la inocencia de un niño grande».
Nacido en 1952 en Kyoto, este Steven Spielberg de los videojuegos, tuvo su primer éxito en 1981 con el lanzamiento de Donkey Kong, donde un personaje saltarín vestido de rojo y con generoso bigote, que más tarde se haría famoso como el fontanero Mario, busca salvar a una muchacha de las garras de un gorila.
Después nació la saga Mario Bros, con los años la más comercializada de la historia: 275 millones de copias vendidas en el mundo.
Asegurando haberse inspirado en los lagos, cuevas y bosques que rodeaban su casa en Japón, Miyamoto creó en 1986 La leyenda de Zelda, un juego de acción fantástico sobre el rescate de una princesa.
«Gracias a estas creaciones ha logrado hacer del videojuego una revolución social», convirtiéndolo en «un medio capaz de unir a las personas sin distinción de sexo, edad ni condición social o cultural», consideró la Fundación.
La Fundación Príncipe de Asturias premia desde 1981 cada año a personas o instituciones en ocho ámbitos: artes, cooperación internacional, concordia, ciencias sociales, comunicación y humanidades, deportes, investigación científica y técnica y letras. Cada galardón está dotado con 50.000 euros ($ 65.000).