Dos militares y un interventor permanecen en las gasolineras intervenidas por el Estado en la frontera sur para evitar el contrabando de combustible.
El objetivo es controlar que se cumplan ciertos parámetros como por ejemplo que se venda de manera preferencial al transporte formal de pasajeros y a los taxistas.
En total, han sido intervenidas 22 gasolineras: 12, en Huaquillas, Arenillas y Santa Rosa, en el Oro; ocho, en Macará y Zapotillo, en Loja; y dos en Cumba, en Zamora Chinchipe.
“Antes había que hacer colas de dos a cuatro horas para adquirir el producto”, sostuvo un conductor.
Sin embargo, los propietarios de vehículos particulares se sienten perjudicados ya que solo pueden adquirir el combustible en base a un cupo.
Hasta 10 dólares para los vehículos pequeños y hasta 20 dólares para los grandes, en ciertos horarios y según el último número de la placa del automotor.
“Tenemos que hacer tremendas colas para más de conseguir 10 dólares de gasolina que es lo que más se puede cargar aquí”, sostuvo un conductor.
La intervención de estas dependencias se debe a un acuerdo ministerial emitido hace un año que declara en utilidad pública a las estaciones de servicio que estén a 40 kilómetros de la franja fronteriza.
Luis Quishpe, dueño de una de las gasolineras, está a punto de cerrar su negocio pues dijo que le han restringido su cupo a 30.000 galones al mes.