La incautación de clorhidrato de cocaína en el país se ha incrementado significativamente en la última década. En el período anterior (2011), la cifra superó las 19 toneladas, situación que en años anteriores era menor a diez. Informes realizados sobre las acciones ejecutadas por las autoridades de control en contra del narcotráfico revelan esta situación.
De acuerdo a las conclusiones del Plan Nacional de Prevención Integral de Drogas (2011-2013), las operaciones antidrogas han permitido desarticular organizaciones narcodelictivas, constituidas en el país por grupos, redes o células bajo influencia de carteles internacionales, debidamente reconocidos y estructurados, particularmente de Colombia y México. Dichas organizaciones son encargadas del transporte, acopio, camuflaje y envío de drogas hacia mercados de consumo.
El mismo estudio señala que la mayoría de la cocaína sale de Colombia por mar o por aire, a través del Golfo de México o del Pacífico. Ante esta realidad son importantes los controles ejecutados por los países de tránsito, en particular de Venezuela, Ecuador y Brasil.
Salvador Maldonado, experto en drogas y estupefaciente de México, consideró que el problema principal se concentra en las actividades por tierra. “La droga penetra por los sectores rurales y para hacerlo las estructuras criminales ingenian métodos que se vuelven más violentos con la presencia de militares”.
En este contexto se refirió a que la política de militarización fue una de las medidas que pretendió concluir el problema, pero que en realidad no ha dado resultado.
Dijo, por ejemplo, que en Colombia y Perú la participación del Ejército en el combate al narcotráfico no solo extendió el problema de los cultivos, sino que regionalizó un conflicto. “Eso hizo que los carteles construyan más cordones de seguridad y eso afectó más las cosas…
Todo lo que está relacionado a la droga tiene mucha capacidad de fuego del que no es fácil salir”. Acotó que no se puede afirmar que la militarización va a terminar con el narcotráfico.
CCULTIVOS DE COCA
En relación a los cultivos de droga hallados en Ecuador, el último informe presentado en septiembre de 2011, revela que “la actividad cocalera sigue siendo de bajo impacto, es decir incipiente; esto puede deberse a que las autoridades ecuatorianas continúan con las actividades de control en la frontera norte y a la labor preventiva que cumple este proyecto en aras de evitar la proliferación del cultivo”.
El informe señala que la producción de cocaína en Perú se ha incrementado desde 2005, debido a que aumentó el área cultivada de coca. Mientras que en Colombia disminuyó a 350 toneladas en 2010. “La caída desde 2005 es el resultado de una reducción en el área cultivada con coca y una reducción de los rendimientos de hoja de coca”, narra el informe.
Para Ricardo Camacho, experto en seguridad, Ecuador nunca será un país de cultivo en masa, porque es pequeño y densamente poblado. “Es, casi imposible no detectar los cultivos aquí… es más fácil tener los cultivos en Colombia y Perú. Hay que tomar en cuenta que del 100% de la exportación de la cocaína proveniente de esos países, apenas un 15% se procesa en Ecuador, el restante llega procesado”.
Es por ello que los laboratorios encontrados en el país no representan un peligro. “Pero hay que poner cuidado para que no haya la proliferación de estos”.