¿Por qué EE.UU. tuvo tanta preocupación sobre Ecuador que hasta diseñó un plan para que nuestra democracia sea a su estilo e imagen? La caída del presidente Lucio Gutiérrez, declarado públicamente “amigo cercano de los EE.UU.”, fue el fusible que activó el estado de alerta en la embajada de ese país.
Había perdido a su aliado incondicional en abril de 2005 y las perspectivas del surgimiento de un gobierno “más autónomo y soberano” colocaba en una crítica situación a la delegación diplomática en Ecuador impedida, en el futuro inmediato, de continuar incidiendo en casi todas las esferas del Estado.
Debilitados en su accionar, deciden revisar las política de asistencia de los EE.UU. hacia Ecuador y emprender un “plan de transformación”.
El cable que a continuación detallamos expone con claridad los objetivos perseguidos por la embajada, la defensa de los intereses norteamericanos como eje transversal y, finalmente, las acciones a emprender. Aunque no proporciona los nombres de los ecuatorianos involucrados en el “Grupo de Trabajo para la Democracia”, sí menciona a personas altamente interesadas en ayudar a implementarlo; hace referencia a múltiples reuniones con “las agencias” con las cuales identificaron “una serie de impedimentos para el cambio político y económico deseable en Ecuador y las acciones que la Misión de EE.UU. realizará para hacerles frente” a lo que se denomina “autodestructiva espiral de inestabilidad política y económica”.
Recuperando el rol ejercido por EE.UU. entre los años 50 hasta los 90, estructuran un plan de transformación para Ecuador, diseñado bajo su visión y perspectivas. Lo hacen en silencio, sin consultar con el país y sus mandantes, no requieren la opinión del Gobierno, pero sí buscan aliados en la oposición para ejecutarlo, priorizan la defensa de sus intereses, utilizan la retórica discursiva alrededor de la democracia y la lucha contra la corrupción, sin dejar de lado la opción de crear un “ambiente de pánico” frente al “chavismo” y a la influencia de Fidel Castro.
TRANSFORMANDO AL ECUADOR: PLAN DE ACCIóN PARA LA DEMOCRACIA Y LA ESTABILIDAD
El cable remitido el 24 de octubre 2005 (05QUITO2416) por la embajadora Linda Jewell, describe a Ecuador como “uno de los países más inestables, antidemocráticos y corruptos de América Latina. Sus sistemas político y económico basados en la competencia de arraigadas élites que se benefician de lucrativos privilegios por parte de Estado, amenazan directamente los intereses de Estados Unidos e inciden en el programa de lucha antinarcóticos, engañan a los inversores estadounidenses y todo esto conduce a que los ecuatorianos emigren a los EE.UU.” (Ecuador is one of the most unstable, undemocratic, and corrupt countries in Latin America. Its political and economic systems, based on competition by entrenched elites for lucrative state-provided economic privileges, threaten U.S. interests directly where they impinge on U.S. anti-narcotics programs).
“Quizás lo más importante es que el Ecuador parece tambalearse (vacilar) constantemente al borde de convertirse en un Estado fracasado -y no nos podemos dar el lujo de un Estado fracasado en la frontera sur de Colombia”.
“En los últimos meses la embajada ha revisado en profundidad los problemas fundamentales del Ecuador, con el fin de desarrollar una estrategia para promover los intereses estadounidenses en este difícil terreno”.
Se identifican siete temas que son ampliamente estructurados por la embajada:
1. Liderazgo: “Falta de líderes emergentes y redes dispuestas a desafiar a las arraigadas élites que detentan el poder actualmente”.
2. Actitudes: “Actitud de resistencia a los cambios democráticos y económicos a nivel de las élites y sectores populares, basados en su incapacidad de comprender la economía de mercado y la democracia”.
3. Educación: “Debilidad de las instituciones educativas en los niveles básicos y superiores”.
4. Incentivos: “Incentivos inadecuados para desafiar el poder existente y empujar los cambios, políticas sociales o económicos”.
5. Corrupción: “Corrupción endémica en todos los niveles de los sectores públicos y privados”.
6. Militares: “Militares más dispuestos a involucrarse en la política y los negocios”.
7. Poder Judicial: “Las instituciones judiciales no son independientes, transparentes y eficientes”.
LOS “CUCOS” TAMBIéN RONDARON EL PLAN DE LA EMBAJADA DE EE.UU.
Bien podría parecer que la embajada se habría contagiado de los mismos “fantasmas” de las élites guayaquileñas con las cuales compartió y aconsejó estrategias para hacerle frente al inminente triunfo del candidato Rafael Correa y de la Asamblea Constituyente. Algunas de las premisas de las cuales parte para justificar la necesidad de instrumentar el plan se refieren a la sospechosa influencia del “chavismo”, el comunismo y otros males.
La embajada cree, incluso, que junto con el “chavismo” llega Fidel Castro para expandir la revolución, asegurando que en el Ecuador hay muchos profesores cubanos y venezolanos, y que algunos chicos de sectores pobres optan por ir a estudiar en Cuba. Sin embargo, ninguna de estas afirmaciones son sustentadas con pruebas a lo largo del plan en mención.
Los problemas de narcotráfico y el terrorismo no escaparon al análisis. La embajada asegura que nuestro país tiene un rol preponderante entres los países productores de narcóticos y de terrorismo, y argumenta: “Enormes cantidades de narcóticos ilegales pasan a través de Ecuador, provenientes de sus vecinos, especialmente Colombia, y el flujo de retorno de los dólares a través de Ecuador es también considerable.
Terroristas colombianos utilizan el territorio ecuatoriano, con frecuencia para descansar y recuperarse, y como una ruta de abastecimiento de armas y otro material (…). Además, es claro que tanto Fidel Castro y Hugo Chávez consideran al Ecuador como terreno potencialmente fértil para el fermento revolucionario, y están haciendo inversiones con ese fin. Si bien hasta ahora no han logrado avances significativos, eso también podría cambiar”.
En el cable no se aclara qué tipo de avances ni se exhiben pruebas de las inversiones. La embajada se esmeró permanentemente por mantener cerca a las élites de poder económico y político, escuchó sus planes para desestabilizar al régimen de Gutiérrez, Palacio y Correa. Sin embargo, y pese a servirse de ellas de acuerdo a sus intereses, en su fuero interno las describe así dentro del plan:
“El Presidente (habla ya de Rafael Correa) se opone a un congreso elegido por listas de partidos controlados, en su mayor parte, por las élites que tienen interés de mantener el statu quo, un sistema corrupto que los enriquece. Los ecuatorianos han elegido a varios presidentes que se han dirigido contra la oligarquía, el más reciente fue Lucio Gutiérrez. Sin embargo, las élites atrincheradas han trabajado con ahínco para eliminarlos”.