El enfrentamiento entre carteles mexicanos, que dejó cerca de 50 muertos en el norteño estado de Nuevo León este fin de semana, ha provocado más de un centenar de asesinados (134) en el último mes, uno de los más violentos de los últimos años.
El Gobierno mexicano condenó “con toda energía” esta matanza, cuyos cuerpos fueron encontrados en la carretera libre Cadereyta-Reynosa cercana a Monterrey (estado de Nuevo León) y aseguró que estos hechos no quedarán impunes, informó la Procuraduría General de la República (PGR, Fiscalía).
Las autoridades de Nuevo León informaron que se hallaron 49 cuerpos mutilados, de estos, 6 mujeres y 43 hombres, crimen que atribuyeron a la disputa que mantienen el cartel del Golfo y de Sinaloa, en contra del de Los Zetas en diversos estados del país. Este hallazgo se produce cuatro días después de que otros 18 cadáveres decapitados y mutilados fueron localizados en dos automóviles en una carretera cerca a Guadalajara, capital de Jalisco, la cual fue atribuida a una venganza de los carteles de la droga.
El fiscal de Nuevo León, Adrián de la Garza, aseguró que en el hallazgo del domingo se encontró una manta en la que Los Zetas asegura que los muertos son del Cartel del Golfo y lanzan también amenazas contra el Cartel de Sinaloa y contra el Gobierno del estado. La Fiscalía indicó que los cuerpos fueron decapitados y sometidos a amputación de las manos para evitar su identificación.
Asimismo, según las autoridades, no hay reportes sobre la desaparición de personas en los últimos días, y menos en esa cantidad, por lo que no se descarta la posibilidad de que las víctimas pudieran ser migrantes centroamericanos, tal como ocurrió en agosto de 2010 cuando el cartel de Los Zetas asesinó a 72 indocumentados, entre ellos ecuatorianos, supuestamente por la negativa de éstos últimos a integrarse a ese grupo criminal.
La Fiscalía indicó, además, que algunos de los cuerpos tenían tatuajes de la Santa Muerte, una imagen venerada por diversos grupos de delincuentes mexicanos.
El pasado 4 de mayo, las autoridades encontraron 23 cuerpos sin vida en la ciudad de Nuevo Laredo en la frontera con EE.UU., nueve de ellos colgados en un puente y otros 14 mutilados, los primeros supuestamente pertenecían a los carteles del Golfo y de Sinaloa, y los segundos al de Los Zetas.
El 21 de abril, en cambio, un ataque de pistoleros en un bar en Ciudad Juárez, en el estado de Chihuahua, tuvo un saldo de 15 personas muertas, entre ellas dos periodistas locales, mientras que el 17 de abril se encontraron en la misma ciudad de Nuevo Laredo otros 14 cuerpos ocultos en bolsas de plástico dentro de un vehículo estacionado a un costado de la alcaldía.
El 10 de abril, los enfrentamientos entre los mismos grupos del narcotráfico dejaron 15 muertos en diversos municipios del estado de Michoacán. De acuerdo con las autoridades, las matanzas se deben a los enfrentamientos entre el cartel de Sinaloa, que encabeza Joaquín El Chapo Guzmán, quien disputa numerosos territorios al grupo de Los Zetas, el cual había sido el brazo armado del cártel del Golfo, con el cual rompió para disputarle el control y la venta de droga.
Entre las matanzas anteriores en este año están la de 12 policías asesinados en una emboscada el pasado 28 de marzo en el estado de Guerrero, sur de México y en la misma región se encontraron diez cabezas humanas el 18 de marzo.
El 1 de marzo, 13 presuntos delincuentes fallecieron en un tiroteo con militares mexicanos en Nuevo Laredo. En los últimos cinco años fueron asesinadas o han fallecido en este país más de 50.000 personas en hechos vinculados con el crimen organizado.