La Terminal Terrestre de Guayaquil, ubicada en el norte de la ciudad, es visitada diariamente por alrededor de 100 mil personas. Juan Rodríguez es uno de ellas, que antes de trasladarse a su tierra, Santa Elena, usa los baños públicos de la estación para no pedir al conductor que pare en algún lugar no permitido en el viaje.
Es de tarde y este usuario de la estación, que está en la planta baja, se queja de la ausencia de jabón en los dispensadores y de los problemas para secar sus manos en la máquina instalada en la pared. “Estos artefactos ya tienen tiempo sin funcionar y ninguna autoridad los manda a arreglar”, cuestiona el usuario.
En la primera planta, en cambio, en otro de los espacios de higiene, uno de los escusados no es utilizado por nadie, pese a que hay mucha gente que hace fila para emplear los otros. “La cerradura no vale, por eso nadie entra a ese baño”, se queja el viajero Luis Mendieta.
Este medio, hace casi dos semanas, publicó un reportaje en el que se expusieron los problemas de mantenimiento que presentan las citadas instalaciones en algunos sectores, sin embargo, en un recorrido se comprobó que los desperfectos continúan.
En los espacios de aseo para las mujeres también se evidenciaron similares inconvenientes: dispensadores destruidos e inodoros que funcionaban con sensores, como en los centros comerciales, pero que actualmente son manuales.
Uno de los cambios que se encontró en los últimos días es una mayor presencia de los empleados de la empresa que hace el aseo en las instalaciones. Con limpiadores y franelas continuamente frotan las superficies con el fin de que no haya sitios mojados y para desaparecer el olor a desagüe que todavía es predominante.
En cambio, en los andenes de la parte baja persiste la presencia de charcos con grasa y fluidos aceitosos de carros que se mezclan en el pavimento. En las zonas de embarco de los pisos superiores la polución se da en menor grado.
Según anunció públicamente Eduardo Salgado, gerente general de la Fundación Terminal Terrestre de Guayaquil, se está haciendo un nuevo proceso de licitación para que una empresa se haga cargo de la limpieza en la edificación que fue remodelada hace cinco años e inaugurada por el alcalde de Guayaquil, Jaime Nebot Saadi.
Salgado declaró a una radio de la ciudad que por los problemas de aseo han impuesto multas de hasta $ 2.000 a la compañía encargada, pero “eso tomará alrededor de 30 días, va a tomar algún tiempo”, precisó el funcionario.
Sin embargo, en el pronunciamiento no se mencionaron los problemas de fondo, como el arreglo de los elementos que están dañados.
Nueva obra
En el marco de la Expomunicipal 2012, en días pasados, también se adelantó que se edificará, en la vía Daule, al norte de la urbe, la “Terminal Satélite”.
El grupo de desarrollo de la obra está encabezado por Eduardo Salgado, gerente general de la Fundación Terminal Terrestre de Guayaquil; Guillermo Argüello, director de la Dirección de Ordenamiento e Infraestructura Territorial; y Felipe Huerta, diseñador del proyecto.
Sus mentores aseguraron que la nueva terminal, que abarcará una superficie total de 7.776 m2, tiene un propósito medioambiental, al no requerir de espacios climatizados, pues su diseño está planteado teniendo en cuenta los recursos naturales, en especial el aire como elemento principal.
El diseño está compuesto por 24 módulos agrupados en 6 unidades (1.296 m2 c/u) sobre una plataforma común, que permite su construcción por fases, de manera progresiva.