Los médicos y trabajadores de la salud pública de Bolivia mantienen la huelga que comenzaron hace mes y medio porque desconfían del anuncio del presidente Evo Morales de que suspende, pero no deroga, el decreto que aumenta la jornada laboral del sector de seis a ocho horas.
En una declaración, sin permitir preguntas de la prensa y al término de una jornada de protestas, el gobernante anunció que se suspende la aplicación del decreto y convocó para julio a una cumbre nacional para analizar nuevamente la medida.
José González, dirigente de salud, manifestó que la suspensión del decreto no es una garantía, ni existe jurídicamente, por lo cual exigió al gobernante que anule esa norma.
El anuncio del mandatario boliviano y el rechazo de los dirigentes sanitarios llegaron en vísperas de una semana para la que han convocado una huelga general de 78 horas, paros del transporte, entre otras protestas.
Mientras tanto, sigue la marcha hacia La Paz de los indígenas que rechazan la construcción de una carretera, financiada por Brasil, en el parque natural Tipnis.