El ex presidente Lucio Gutiérrez reaccionó ayer a los cables de la Embajada de Estados Unidos en Quito, filtrados por WikiLeaks, que describen la relación entre su gobierno y la representación diplomática. Estos documentos fueron publicados, en exclusiva, por El Telégrafo, en la edición del 24 de abril.
Durante una entrevista a la emisora Sonorama, el dirigente del Partido Sociedad Patriótica (PSP) aseguró que no cometió ningún acto de deshonor durante su administración. “Les quiero decir a los ecuatorianos que revisando los originales de los cables WikiLeaks no hay absolutamente ningún acto de deshonor. Todos los presidentes tomamos contacto con los embajadores de los países amigos”, afirmó el ex gobernante.
Luego atacó al diario público. “Yo rechazo las conjeturas, las conclusiones falsas a las que llega el periódico El Telégrafo, que, según periodistas de ese diario, el que ha escrito los titulares es el propio Rafael Correa, quien ha cambiado por dos o tres ocasiones esos titulares”, denuncia sin citar el nombre de sus supuestas fuentes.
“Llegan a conclusiones falsas, antojadizas los del periódico El Telégrafo, porque repito no hay ningún acto de deshonor, no hay ningún entreguismo a ningún país y menos a los Estados Unidos”, insistió el ex mandatario.
Consultado sobre sus pasos por seguir, Gutiérrez deja abierta la posibilidad de entablar un juicio contra este Diario. “Algunos me han recomendado que siga, y en estas palabras, el mal ejemplo de Rafael Correa y que le emplace un juicio millonario a El Telégrafo, como lo hizo Rafael Correa con el periódico El Universo”, comentó el líder de Sociedad Patriótica.
Sin embargo, reflexionó y agregó: “Vamos a ver qué hago finalmente, pero la primera respuesta fue que no voy a seguir los malos ejemplos de ese aprendiz de insultador, de ese manipulador, como es Rafael Correa”.
Es que los cables enviados por la Embajada de Estados Unidos, en Quito, a Washington describen una relación muy cercana entre la Casa Blanca y el gobierno de Gutiérrez, quien fue derrocado en medio de una revuelta popular en abril de 2005.
“Gutiérrez agradeció al embajador por el continuo apoyo, su consejo oportuno, y las comunicaciones francas y abiertas que los dos mantuvieron. él sabía que los medios se habían tomado libertades con las declaraciones de la Embajada y, sobre todo, quería evitar conflictos públicos, valoró su amistad con los Estados Unidos, afirmó el presidente, que espera que crezca más fuerte durante el resto de su mandato…”, reza uno de los cables.
Días antes de su caída, Gutiérrez decreta el estado de excepción sin consultar a la representación diplomática, lo que despierta el malestar de los estadounidenses.
“Ordenar el estado de emergencia fue un mal movimiento táctico, y no notificar a la Embajada de antemano un abuso de confianza”, señala otro documento.
En general, los cables publicados por El Telégrafo muestran los movimientos políticos que hizo el gobierno de Gutiérrez para evitar el derrocamiento. La Embajada siempre estuvo informada sobre la situación al interior del Ejecutivo.