El trabajo empezó temprano en el Centro de Convenciones Simón Bolívar de Guayaquil. Allí debía estar todo a punto para el 45° Período Extraordinario de Sesiones de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CorteIDH), organismo que trabajará en el puerto principal hasta este viernes.
Los primeros en llegar al lugar fueron los integrantes del organismo, considerado la piedra angular del sistema interamericano. Y es que por allí han pasado casos flagrantes de violaciones a los derechos humanos, desde la desaparición de los hermanos Restrepo hasta las torturas de la dictadura argentina.
A las 09:00 pocos eran los puestos llenos en el salón de los Presidentes del recinto. Esto pese a la importancia del primer tema a tratar: La masacre de El Mozote. Se trata del episodio más sangriento de la guerra civil salvadoreña, ocurrido en 1981, cuando militares de ese país asesinaron a alrededor de 900 campesinos.
Pasada la hora de inicio de la audiencia, personal de protocolo se apuraba en registrar a los atrasados, quienes querían entrar lo más rápido posible.
“Ya es costumbre de llegar atrasados”, dijo en voz baja una de las mujeres encargadas del registro. Era un proceso por el cual se imprimía una hoja de los sitios web de la Procuraduría General del Estado y de la CorteIDH. Quienes no constaban en la lista ingresaban a la sala tras presentar la cédula de identidad.
La diligencia judicial inició oficialmente a las 09:15. Mientras el secretario del organismo instalaba la sesión, decenas de personas ocupaban los asientos del auditorio.
Entre ellas estaba Ana Fernández, estudiante de Derecho, quien llegó desde Santa Elena para asistir a la sesión. “No es común poder observar de cerca este tipo de audiencias, veo que son similares a las de aquí, por el esquema que se maneja; pero es emocionante ser espectadora de una resolución internacional”, detalló la alumna de la Universidad Estatal Península de Santa Elena.
Ella llegó con varios compañeros, también interesados en la justicia internacional. Y es que no se iban a abordar casos que involucren a Ecuador. Así lo aclaró el domingo pasado el presidente del organismo, Diego García-Sayán, quien ratificó que no se recogerán denuncias de grupos locales. “No se va a receptar ningún tipo de denuncia, pues existe un reglamento que debe cumplirse luego de agotadas las instancias legales en cada país”, aclaró el jurista. La CorteIDH nunca tramita temas del país donde sesiona.
El escenario del auditorio se dividió para recibir a los magistrados, quienes vestían una túnica negra, lo que originaba una atmósfera ceremoniosa de la sesión.
A los jueces los esperaban los delegados, tanto de la defensa del Estado de El Salvador y de la misma Corte. A la izquierda se acomodó un espacio para los secretarios y al otro extremo otro similar para los declarantes.
Las primeras en intervenir fueron tres sobrevivientes de la matanza El Mozote. Ellas -todas son mujeres- fueron interrogadas por los comisionados de la defensa.
El silencio era completo para escuchar los desgarradores testimonios de las salvadoreñas. Su pedido era único: justicia.
María del Rosario López Sánchez contó que vivió durante seis años en una abertura de la tierra en un cerro en El Salvador. Eso fue después de que militares capturaron a sus familiares. Ella ya regresó a su lugar de origen, pero ahora enfrenta la pobreza.
Los delegados del Gobierno de El Salvador leyeron un mensaje de su presidente, Mauricio Funes, quien al inicio de su mandato, en un reconocimiento histórico, pidió disculpas a las víctimas del conflicto interno.
“Como comandante general de las Fuerzas Armadas reconozco que los días 10, 11, 12 y 13 de diciembre de 1981 fueron asesinadas un millar de personas”, rezaba el comunicado en donde invitó a los salvadoreños a vivir en paz.
Previo a la sesión el titular del organismo, García-Sayán, se refirió al caso de la comunidad quichua en Sarayacu, la cual visitó el sábado pasado. Explicó que todas las declaraciones recogidas serán sumadas a la información ya existente en el proceso. “No estoy en condiciones de fijar la fecha exacta, pero tengan por certeza que la Corte lo hará muy pronto, pues este caso tiene dos años desde que se presentó», indicó el magistrado.