El Gobierno de EE.UU. volvió a advertir hoy a Corea del Norte de que el lanzamiento de un cohete de largo alcance sería una «violación clara y grave» de las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU que le exigen que renuncie a todas las pruebas con tecnología de misiles balísticos.
Si ese lanzamiento, programado para los próximos días, se realiza «representaría una violación clara y grave de las obligaciones de Corea del Norte en virtud de dos resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU que le prohíben explícitamente pruebas con misiles balísticos», subrayó el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney.
«Seguimos instando a los países que tienen influencia sobre Corea del Norte a persuadirle para que considere un camino diferente», dijo Carney a los periodistas que viajaron hoy con el presidente de EE.UU., Barack Obama, a Florida, donde el mandatario tiene programados varios actos electorales.
El secretario de Defensa de EE.UU., Leon Panetta, y el ministro de Defensa de Corea del Sur, Kim Kwan Jin, también consideraron una «seria provocación» el anunciado lanzamiento del cohete durante una conversación telefónica que mantuvieron el lunes por la noche, según informó hoy el Pentágono en un comunicado.
Ambos indicaron que, si se produce el lanzamiento, eso supondrá «una grave provocación y una violación de las obligaciones internacionales de Corea del Norte».
Asimismo, reafirmaron su compromiso común de «seguir de cerca» las acciones de Corea del Norte «para asegurar la defensa de la República de Corea».
Corea del Norte confirmó este martes que ha completado los preparativos para el polémico lanzamiento en los próximos días de un cohete de largo alcance.
Las autoridades norcoreanas niegan que el lanzamiento encubra una prueba para desarrollar misiles de largo alcance y afirman que la misión tiene fines exclusivamente científicos, algo en lo que no creen Estados Unidos ni sus aliados.
El primer intento de Corea del Norte de poner en órbita un satélite fue en 1998 y de nuevo lanzó cohetes de largo alcance con ese mismo supuesto objetivo en 2006 y 2009, aunque se cree que ninguna de las misiones tuvo éxito.
El lanzamiento de 2009 le valió entonces la condena del Consejo de Seguridad de la ONU y, en respuesta, Corea del Norte abandonó el diálogo multilateral sobre su programa nuclear que mantenía con EE.UU., Corea del Sur, China, Rusia y Japón.