La obtención de nuevos clones de caucho resistentes a enfermedades abre un prometedor futuro al cultivo, señaló Lucrecia Maldonado, responsable de la investigación del caucho del Instituto Nacional de Investigaciones Agropecuarias (Iniap).
Tres clones de caucho resistentes al hongo Microciclus uley, que afecta a la hojas de las plantaciones del producto, que propicia su caída y disminuye los rendimientos del látex, que además causa la muerte de las plantas, son probados con éxito por investigadores del programa de caucho de la Estación Experimental Santo Domingo del Iniap.
Maldonado indicó que los clones seleccionados y que muestran resistencia a la “Enfermedad sudamericana de las hojas”, causada por el hongo Microciclus uley, es el resultado de pruebas de más de cinco años con materiales clonales de caucho introducidos al país, dentro de la alianza entre el Cirad de Francia, la Asociación de Productores de caucho del Ecuador (Asonhev) y el Iniap.
La especialista mencionó que la investigación se encuentra a mitad de camino y se requieren entre tres o cinco años para tener datos precisos sobre la productividad.
Para Francisco Albuja, presidente de Asonhev, las oportunidades para el cultivo están abiertas, ya que el país registra una dependencia del 90% de las importaciones de caucho. “El país necesita sembrar al menos 10.000 hectáreas que se sumarían a las 5.000 que ya existen, con las cuales se podría satisfacer la demanda interna de esta materia prima.
El cultivo aporta con materia prima a la industria de neumáticos, guantes, de suela de calzado deportivo, empaques de vehículos, productos que provienen del caucho natural. Por ejemplo, en la fabricación de llantas, por lo menos el 50% de la materia prima debe provenir del caucho natural para que el neumático sea de buena calidad.
Enfatizó que la falta de líneas crediticias con tasas preferenciales y a tiempos favorables son una necesidad para incrementar la siembra de este cultivo que se produce a partir del sexto o séptimo año.
El dirigente está optimista sobre los resultados que se obtienen con los tres clones seleccionados por el Iniap, que luego del quinto año de la investigación entrarán en la segunda fase que se refiere al estudio de su comportamiento en las fincas de los productores. A partir de estos datos se podrá entregar el material vegetativo a los agricultores dedicados a este cultivo.