El presidente de Ecuador, Rafael Correa, rechazó que su inasistencia a la VI Cumbre de las Américas, que sesionará en Colombia a mitad de mes, signifique que el país vaya a quedar aislado, y consideró que aunque dolorosa, la decisión fue la correcta.
Durante un habitual diálogo con periodistas en la ciudad costera de Guayaquil, el mandatario se mostró en desacuerdo con quienes sostienen que la presencia en el cónclave era la ocasión propicia para exponer o dialogar sobre la exclusión de Cuba de cumbres hemisféricas.
Recordó que hace tres años, con miras a la V Cumbre desarrollada en Trinidad y Tobago, escuchó los mismos argumentos. “Revisen mi intervención: se dijo que debía ser la última cumbre sin Cuba, y no nos hacen el más mínimo caso”, enfatizó.
Reiteró que no quiso causarle problemas a su homólogo colombiano Juan Manuel Santos y que le duele no visitar el país vecino, pero que “en algún momento había que empezar a tomar estas decisiones”.
“Si no, esto será el cuento de nunca acabar y son contradicciones inadmisibles, realmente inaceptables”, añadió.
Cuestionó los logros de las Cumbres de las Américas precedentes y sostuvo que cree que no va a perder “gran cosa” al no asistir.
El lunes último, Correa anunció que no acudiría a la Cumbre de Cartagena en rechazo a la exclusión que se hace a Cuba de ese foro por la presión que ejerce EEUU.