La presidenta argentina, Cristina Fernández, apostó ayer por el “diálogo” para resolver el conflicto con el Reino Unido por la soberanía de las islas Malvinas, mientras que el primer ministro David Cameron envió un mensaje conciliador a Buenos Aires, pero reafirmó su dominio sobre el territorio.
Fernández encabezó en Ushuaia, la capital de Tierra de Fuego y para los argentinos también la capital de Malvinas, un acto con un marcado carácter nacionalista en conmemoración del 30 aniversario de la toma de las islas por tropas argentinas que hizo estallar una guerra contra el Reino Unido, el 2 de abril de 1982.
“No queremos tambores de guerra”, expresó la mandataria, que defendió el diálogo para buscar una salida al conflicto.
Fernández adelantó además que, el pasado viernes, envió una carta a la Cruz Roja Internacional para pedir su intercesión ante el Reino Unido para facilitar la identificación de los soldados caídos en la guerra y enterrados como no identificados en el cementerio de Darwin, en las islas.
“Cada uno merece tener su nombre en una lápida, cada madre tiene el derecho inalienable (…) de enterrar a sus muertos, ponerle una placa y llorar frente a esa placa”, enfatizó Fernández, arropada por buena parte de su gabinete y por decenas de veteranos de la guerra.
La jefa de Estado remarcó que no fue una decisión del pueblo “la del 2 de abril” y recordó que en esos momentos estaba comprometida la libertad de los argentinos.
Ante la creciente tensión entre Buenos Aires y Londres por el contencioso de la soberanía de las Malvinas, el primer ministro del Reino Unido, David Cameron, hizo ayer una declaración en la que, de forma significativa, rindió tributo no solo a los británicos muertos, sino también a los caídos argentinos.
Sin embargo, Cameron no se apartó de su firme compromiso de defender las islas, al insistir en que debe ser respetada la autodeterminación de los malvinenses, que quieren seguir bajo soberanía británica, a pesar de la reclamación territorial argentina.
Previo a la conmemoración en Ushuaia, se realizó una vigilia en memoria de los 649 argentinos muertos en la guerra de las Malvinas que reunió a 5.000 personas.
Veteranos de la guerra y pobladores soportaron una temperatura de cero grados en una ceremonia que comenzó un minuto antes de la medianoche del domingo al lunes.
Mientras tanto, grupos de izquierda se enfrentaron ayer con la policía durante una protesta frente a la embajada británica, con un saldo de varios heridos leves, informaron las autoridades. Los manifestantes arrojaron bombas molotov y piedras contra los policías y los efectivos de respondieron con gases.