México volvió a ser sacudido ayer por un fuerte sismo, de 6,3 grados, según el servicio geológico estadounidense, el segundo en menos de dos semanas, que llevó a evacuar viviendas y oficinas, pero sin reportes preliminares de víctimas o daños.
El epicentro se situó a una distancia de 27 kilómetros sur sureste de Ometepec, en el estado de Guerrero, y 33 kilómetros oeste noroeste de Pinotepa Nacional, en Oaxaca, en la misma zona que se registró el movimiento el 20 de marzo, que dejó dos muertos y miles de viviendas dañadas.
El sismo de ayer generó que miles de personas evacuaran casas y edificios en amplios sectores de Ciudad de México, donde el movimiento se sintió con intensidad. No se reportaron daños mayores, salvo algunas vallas publicitarias de gran tamaño que cayeron, según televisoras.
“La ciudad no tiene daños graves ni hay ningún sistema estratégico que esté interrumpido”, indicó el alcalde capitalino, Marcelo Ebrard, tras informar que los sobrevuelos de helicópteros no detectaron daños y que los hospitales, el metro y los demás servicios públicos funcionan con normalidad.
Los gobiernos de Oaxaca y Guerrero ordenaron el recorrido de patrullas por zonas rurales alejadas, las más afectadas por el sismo de marzo pasado.
El gobernador del estado de Oaxaca, Gabino Cué, manifestó que luego de un monitoreo preliminar principalmente en los municipios de la costa de Oaxaca, donde se encuentra Pinotepa Nacional, lugar del epicentro de este sismo, no hay víctimas ni daños materiales.
En su cuenta de Twitter el secretario de Gobernación (Interior), quien acompaña al presidente Felipe Calderón en una visita oficial a Washington, dijo que tras contactar a las autoridades de los estados no hay reporte de daños por el sismo, pero siguen las evaluaciones.
“Sin ninguna situación de orden catastrófico que reportar”, señaló Manuel Mondragón, jefe de la policía capitalina, tras el sobrevuelo de una flotilla de helicópteros dispuestos, así como los recorridos de brigadas terrestres y el reporte de unas 7.000 cámaras que vigilan puntos estratégicos de la capital.
El céntrico paseo La Reforma se vio colmado por miles de personas que evacuaron los altos edificios de los alrededores.
Siguiendo los planes de evacuación varias veces ensayados, miles de personas se lanzaron a las calles en la capital, en la que viven, sumados los alrededores, más de 20 millones de personas y donde en 1985 se registró un terremoto de 8,1 que dejó 6.000 muertos, según el balance oficial, y 30.000 según estimaciones de organismos de socorro.