El gobierno colombiano solicitó a Estados Unidos una flota de helicópteros y aviones espías no tripulados, conocidos como drones, para reforzar la lucha contra la insurgencia, según reveló ayer el diario El Tiempo.
La publicación sostiene que esas aeronaves serían utilizadas en la nueva estrategia militar que adelanta el Ejecutivo contra las estructuras de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
Una estrategia que según la versión oficial permitió golpear por aire en los últimos días a ese grupo insurgente en los departamentos de Arauca y Meta, con un saldo de casi 70 guerrilleros muertos.
El Tiempo refiere que la petición se hizo al jefe de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos, general Martin Dempsey, durante una visita de tres días al país, donde se reunió con el ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón, y la cúpula militar.
Las autoridades colombianas le explicaron a Dempsey, de acuerdo con el diario, que los nuevos recursos servirían como un acelerador de la actual estrategia contra las FARC, dirigida a obtener resultados en el menor tiempo posible.
El Tiempo afirma que fuentes oficiales, sin precisar cuáles, confirmaron que Colombia busca al menos 10 helicópteros Black Hawk, pero se desconoce la cifra de los aviones espías no tripulados solicitados.
Por otra parte, Dempsey dijo que en junio el Pentágono piensa enviar a la nación suramericana comandantes de Brigada expertos en contrainsurgencia que estuvieron en Irak y Afganistán.
Este personal incrementaría la presencia militar de Estados Unidos en Colombia, un factor que algunos observadores consideran desequilibra la región.
Por otra parte, tras más de doce años cautivos por las FARC, diez policías y militares colombianos deben ser liberados entre los próximos 2 y 4 de abril por esa guerrilla, que asegura son los últimos rehenes uniformados en su poder y anunció hace pocas semanas su renuncia al secuestro de civiles.
Las FARC, el principal grupo rebelde del país, puede quedar sin ningún miembro de las fuerzas de seguridad en su poder tras haber tenido a casi 500 de ellos en cautiverio durante los últimos diálogos de paz, que fracasaron hace una década.
La guerrilla asegura que los 6 policías y 4 militares que entregará son los últimos que tiene secuestrados, aunque la Policía colombiana denuncia que siguen faltando dos de sus agentes raptados.