El Papa Benedicto XVI saludó este miércoles a los cientos de miles de cubanos y visitantes extranjeros que acudieron a la Plaza de la Revolución José Martí de La Habana, para la segunda y última misa del pontífice en Cuba, país del que se despedirá esta tarde.
Peregrinos de todos los puntos de la isla, así como de otros países, incluido Estados Unidos, han acudido al que se considera el escenario de los grandes acontecimientos y efemérides revolucionarias y donde Juan Pablo II también ofició una misa en su histórica visita de 1998.
En la Plaza está presente también el presidente de Cuba, Raúl Castro, acompañado del canciller Bruno Rodríguez.
Además, asisten todos los obispos cubanos, encabezados por el cardenal de La Habana, Jaime Ortega Alamino, y numerosos prelados latinoamericanos y españoles, entre ellos el cardenal Antonio Cañizares Llovera, prefecto de la Congregación para el Culto Divinoy-la Disciplina de los Sacramentos, y el arzobispo de Barcelona, el cardenal Lluis Mártinez Sistach.
bordo del auto panorámico y con los cristales en posición baja, el Sumo Pontífice recorrió la explanada antes de llegar al altar levantado para la ocasión.
Durante el breve trayecto, los presentes en la Plaza saludaron con pañuelos y banderas de Cuba y el Vaticano a Su Santidad, quien correspondió a su paso a las muestras de afecto.
Poco antes de su llegada, creyentes y no creyentes trajeron en procesión desde la Catedral de La Habana la imagen de la Virgen de la Caridad del Cobre, considerada por los católicos la patrona de la isla.
La visita apostólica del Papa a Cuba se enmarca precisamente en el Año Jubilar por el 400 aniversario del hallazgo de la imagen de la Virgen.
Benedicto XVI ofició una misa similar en la oriental ciudad de Santiago de Cuba este lunes, poco después de su arribo al país caribeño.