Ante el anuncio de que miles de simpatizantes del Gobierno llegarán a Quito para “defender la democracia”, los manifestantes que protagonizan la marcha de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie), autodenominada “Por el agua, la dignidad y la vida”, resolvieron cambiar de estrategia para arribar a Quito.
En Saquisilí (Cotopaxi), la noche del lunes, los dirigentes del movimiento indígena opositor al régimen resolvieron dispersarse para volver a reunirse hoy en la tarde en el sur de Quito, a fin de adoptar nuevas medidas y garantizar su llegada al Palacio de Carondelet.
Ayer, un grupo de manifestantes permaneció en Saquisilí en una asamblea permanente, pero se conoció que otro grupo avanzó rumbo a la capital. Entre ellos estarían delegaciones del norte de Imbabura y de Pichincha, y gran parte de quienes partieron el 8 de marzo desde El Pangui, en Zamora Chinchipe.
Quienes descansaron en Saquisilí aún no resolvían si la marcha llegará hoy hasta Tambillo o si avanzará hasta el parque El Arbolito. La otra opción que barajan los dirigentes es postergar su llegada a la ciudad hasta el viernes, con el propósito de no encontrarse con quienes respaldan al Gobierno, que ya se encuentran acampando en la Plaza Grande.
Los grupos de avanzada del movimiento indígena debían llegar anoche a Tambillo, para luego dirigirse, por la Panamericana Sur, hasta Cutuglahua y por Amaguaña, para atravesar el Valle de los Chillos. Humberto Cholango, presidente de la Conaie, advirtió que si existe resguardo policial o militar para impedir el avance de la movilización, ellos caminarán en pequeños grupos por los chaquiñanes y otros caminos, pero no se detendrán. “Llegaremos a Quito, iremos hasta El Arbolito”, insistió.
Desde Saquisilí, la dirigencia indígena dialogó con la prensa en medio de estrictos controles de seguridad. La sede de la Federación de Indígenas Evangélicos del Ecuador (Feine) fue el punto de encuentro, en donde los periodistas eran vigilados, mientras que los fotógrafos y camarógrafos estaban impedidos de registrar la reunión.
También se prohibió el acceso de la prensa al lugar en donde los indígenas descansaban. Uno de los dirigentes justificó la decisión argumentando que en el pasado los medios de comunicación utilizaron esas imágenes para mostrar a los indígenas como “mendigos”, algo que no permitirán que se repita. Para eludir a la prensa, los manifestantes hablaban todo el tiempo en su idioma nativo.
La movilización partió desde Saquisilí en la tarde
La caminata que el 8 de marzo salió desde El Pangui debía llegar anoche a Tambillo, muy cerca de Quito. Por la mañana, Mesías Tatamuez, presidente de la Central de Organizaciones Clasistas (Cedocut), fue uno de los “mishos” (mestizos) que llegaron hasta Saquisilí para reunirse con la dirigencia indígena y expresar su respaldo a la movilización, portando banderas de la organización sindical.
Minutos más tarde, la legisladora Diana Atamaint, de Pachakutik, también se sumó a la reunión, desarrollada en la sede de la Feine.
El prefecto de Cotopaxi, César Umajinga, denunció que el ministro de Finanzas, Patricio Rivera, llegó a la provincia para entregar recursos de manera clientelar.
Por otra parte, el vicepresidente de la Conaie, José Acacho, manifestó que no existe apuro por llegar a Quito e informó que representantes de los indígenas amazónicos se sumaron a la marcha y que en Alóag, hoy, se integrarán otras delegaciones de la Costa.
La marcha, que ayer cumplió su decimotercer día, se ha desarrollado con calma. Los dirigentes indígenas aseguraron que la Policía y militares que acompañaron algunos tramos de la movilización han respetado sus derechos, pero insistieron en las dificultades que tuvieron para salir de Zamora Chinchipe. Recordaron la captura de un supuesto “infiltrado” durante su paso por Cañar.
“Avanzamos de una manera pacífica y respetuosa, hasta ahora no ha habido ni golpes ni patadas”, reiteró Acacho. Mientras que Cholango reiteró que en Quito se encontrarán con otros sectores indígenas y delegaciones de los grupos afros y montubios.
Anunció que su intención es llegar hoy a la capital, pero las bases aún analizan el tema. Afirmó que la marcha “es pacífica y que no pretenden desestabilizar al Gobierno”. No obstante, en la Intendencia de Policía aún no se ha tramitado el salvoconducto que autoriza la realización de la marcha en Quito. Sin ese documento, los manifestantes no podrían ingresar a la ciudad.