Los triunfos contra pronóstico del ex senador Rick Santorum el martes en Alabama y Misisipi imprimieron un nuevo giro a la contienda por la candidatura presidencial del Partido Republicano en EE.UU., en la que el gran favorito, Mitt Romney, se perfila ahora un poco menos como el aspirante imparable.
En una noche en la que los candidatos se mostraron muy igualados, Santorum dio la contra a los sondeos, que le otorgaban en su mayoría un segundo o incluso tercer lugar, para imponerse con una exigua ventaja en los dos estados sureños, por cinco puntos en Alabama y dos puntos porcentuales en Misisipi.
En segundo puesto quedó el ex presidente de la Cámara de Representantes, Newt Gingrich, quien se jugaba el todo por el todo en estos estados tras unos resultados decepcionantes en lo que va de carrera republicana, donde solo se ha apuntado triunfos en Carolina del Sur y Georgia, su estado de origen.
Romney, a quien las encuestas vaticinaban al menos un triunfo en alguno de los dos estados, quedó en tercer lugar tanto en Alabama como en Misisipi. El premio de consolación para el ex gobernador de Massachusetts fueron sus victorias en la jornada del martes en Hawai y en la Samoa estadounidense, mientras que Gingrich, ve alejarse sus posibilidades de triunfo tras no vencer en ningún estado.
Al declararse ganador en ambos estados del “cinturón bíblico” del país, Santorum hizo alarde de sus credenciales conservadoras, metiendo el dedo en la llaga de Romney, criticado en las filas republicanas por ser demasiado moderado y liberal.