Las ganas de olvidarse de las preocupaciones diarias, producto del trabajo o la universidad, llevaron a un grupo de 20 chicas a reunirse para entrenar un deporte aún poco común en el país. Se trata del rugby, disciplina que implica mucho contacto. Y si todavía resulta un tanto curioso ver a las escuadras masculinas practicándolo, pues resulta que ahora las mujeres están dispuestas al trajín del lodo y los forcejeos.
La capitana del equipo femenino “Yaguares”, Jésicca Jácome, conoció este deporte por su novio, que lo “ensayaba” como hobby; hoy, para ambos es una pasión y, lo más importante, una que experimentan juntos.
“Empezamos como equipo desde hace un año, pero la mayoría son nuevas, tienen 5 y 6 meses. Antes no me gustaba porque mi novio andaba golpeado, pero luego vine a verlo y me di cuenta de que no era tan brusco”, manifiesta Jésicca, ingeniera en marketing.
La deportista dice que ella entusiasmó a sus demás compañeras para que incursionaran en el deporte y poco a poco se interesaron más personas.
“La experiencia es cheverísima. Es un deporte súper importante para nosotras. Muchas trabajamos, pero hacemos lo posible por venir y nos hemos mantenido”.
Las mujeres que deseen practicar rugby pueden asistir los martes y jueves de 19:40 a 21:40; y los sábados de 11:30 a 13:00, a la cancha sintética de Fedeguayas.
“Es un deporte relajante porque muchas personas lo hacen aparte como ejercicio… Cuando necesitamos despejarnos la mente, está el rugby”, añade Jésicca.
Las chicas entrenan bajo la dirección de Beto Merchán y Mario Lima, quienes pertenecen a la selección ecuatoriana masculina Jaguares y se encuentran compitiendo en el Sudamericano de Brasil.
Otra integrante del equipo, Pierina García -practicante de karate-, cuenta que el rugby le ha servido para aprender a trabajar en equipo y, sobre todo, a enfrentar los miedos. “Me gusta porque siempre tienes que estar atenta al golpe de la rival, te llenas de actitud y eso te ayuda en tu personalidad. Puedes estar caído, pero si sabes que eres una “rugbiera” tienes carácter, ya que te paras en una cancha y vas contra alguien y si vienen por ti debes resolver cómo evitarla”, comenta la estudiante de Turismo en la Escuela Superior Politécnica.
Además de los ejercicios que pueden ayudar a mejorar la silueta, las chicas coinciden en que se ha armado una familia y eso es lo que más valoran.
Ahora su objetivo es planificar un campeonato con el equipo de mujeres de Quito llamado Jíbaras, que pertenece a la Pontificia Universidad Católica del Ecuador.
Después de calentar comienza el entrenamiento. En las gradas de la cancha, algunas niñas observan los partidos de sus mamás. Hace tres meses, las “Yaguares” se presentaron en Cuenca.
Ese día, desde luego, las gradas también tuvieron buen número de espectadores; varios curiosos que pasaban por allí se quedaron “encandilados” por estas “mujeres con carácter”.