Gita Andrade, del cantón Mocache, en la provincia de Los Ríos, se convirtió ayer en la primera hacendada del sector en obtener el permiso para portar armas.
La ganadera, dueña de unas 400 vacas y de una propiedad de alrededor de 700 hectáreas, ya está habilitada para llevar al cinto su pistola calibre 9 milímetros. Dijo que aunque no ha sido víctima de los cuatreros, ahora se siente más segura.
La entrega del documento para ella y unos 150 rancheros más, en su mayoría del Litoral, la hizo el vicealmirante Homero Arellano, ministro de Seguridad Interna y Externa.
El funcionario aseguró que tras un proceso de varios meses, liderado por la Asociación de Ganaderos del Litoral y Galápagos, se llegó a la culminación con el aval del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas. Autorizaciones similares serán adjudicadas a unos 2.000 ganaderos más del país.
El permiso entregado ayer y los futuros durarán dos años, con la opción de renovarlo. Si una persona utiliza su armamento en un acto delincuencial pierde inmediatamente su derecho a portarlo. También es prohibido llevarlo si se encuentran en estado etílico o en un acto público.
Arellano precisó que dirigentes del sector camaronero han iniciado los contactos para obtener las licencias que permite armarse y defenderse de los delincuentes.
Descartó que cualquier grupo ciudadano pueda acceder a los permisos como lo han hecho ahora los ganaderos, ya que en el país rige una prohibición para portar armas.
El secretario de Estado dijo que con la entrega de estos documentos y la implementación de iniciativas del Ejecutivo en materia de seguridad, como la línea 911, los botones de alarma, las Unidades de Policía Comunitaria, entre otras, se podrán contrarrestar los ataques de los antisociales en distintos sectores.
Lorens Olsen, alcalde de Bucay y vicepresidente del gremio de criadores de reses, expresó su agradecimiento al Gobierno por haber escuchado el pedido de sus colegas.
Agregó que a pesar de los embates del invierno, el régimen se ha esforzado por ayudar a este y a otros sectores con carreteras y vías de primer orden que permiten salir del campo a la ciudad y viceversa.
“Por fin tenemos un arma para defendernos. Estamos agradecidos por la atención a este pedido que lo venimos formulando desde hace meses”, puntualizó el directivo de la asociación.