Ayer la Fuerza Aérea conmemoró el Día de la Aviación Civil de Combate con una ceremonia en la base de Taura. El acto duró poco menos de una hora en medio de un estricto ambiente de seguridad.
Estaba previsto que el ministro de Defensa, Javier Ponce, ofreciera declaraciones a los medios de comunicación sobre los cambios laborales y aumentos salariales que implementará el Gobierno en las Fuerzas Armadas.
Al menos así lo había anunciado el Departamento de Comunicación de la Secretaría de Estado en Quito, por eso la expectativa era grande en la ceremonia. Pero si bien Ponce estuvo en Taura, nunca se dirigió a la tropa y tampoco habló con los medios.
Los periodistas fueron apostados lejos de la tribuna de autoridades. Terminado el acto, Ponce abandonó Taura. Lo propio hizo su acompañante, el secretario de Inteligencia, Raúl Patiño.
“No sabemos qué pasó. Estaba previsto que hablara pero se canceló”, dijo un uniformado que participó en la organización del evento. Esa fue la respuesta que recibieron los periodistas, quienes indignados reclamaron por una declaración.
El único que habló fue el comandante general de la Fuerza Aérea, Leonardo Barreiro. En su discurso solo se refirió al combate aéreo que se registró en la guerra del Cenepa, hace 17 años.
Nadie habló. Ni siquiera el representante de los militares en servicio pasivo, que entregó una condecoración a Barreiro. También estaba prevista la presencia del alto mando militar, de las tres ramas, pero no asistió. Ante la extrañeza de los reporteros, los uniformados explicaron que una ceremonia similar se realizará el próximo martes, la cual contará con la presencia del presidente de la República, Rafael Correa.
Y es que en el ambiente no solo está el anuncio del Primer Mandatario, hecho esta misma semana, del aumento salarial a los uniformados, sino también el “Plan Revancha”.
En su enlace sabatino de la semana pasada, Correa denunció un complot para crear malestar en la tropa con la justificación de que el Gobierno no ha cumplido con el pago de un retroactivo.
Como prueba mostró un exhorto aprobado en la Asamblea Nacional y que fue promovido por Sociedad Patriótica. El documento exige pagar estos fondos, que para el Ejecutivo son inexistentes.
Correa denunció el acto como político y afirmó que se trata de crear un ambiente similar al del 30 de septiembre de 2010, cuando enfrentó una sublevación policial, alentada por supuestos descontentos laborales.
Esta situación lo llevó a visitar los destacamentos militares en la frontera norte, en Esmeraldas y Carchi. Allí volvió a mencionar el Plan Revancha y anunció cambios laborales. En esta visita lo acompañó el general Ernesto González, jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas.
Al día siguiente, el miércoles, en Carondelet, Correa anunció un alza salarial para los uniformados, lo que ha creado expectativas para conocer cómo y desde cuándo se aplicará. Por eso era clave la ceremonia en Taura. Se esperaba conocer detalles de parte de las autoridades, pero esto no ocurrió.
En la noche del jueves, el gobernante ofreció una rueda de prensa en Quito. Allí indicó que se reunió ese mismo día el Consejo de Seguridad, el ex Cosena.
Correa dijo que se abordó la situación de la minería ilegal en la frontera norte, pero no se descarta que el Plan Revancha haya estado en la agenda.
Cárdenas renunció por el Plan Revancha
Lo que sí hizo el Jefe de Estado fue anunciar cambios en la cúpula del Ejército. Correa reveló que el comandante del Ejército, general Patricio Cárdenas, “sabía de estos problemas”, por lo que decidió renunciar el pasado 31 de enero, en una actitud que el Mandatario tildó como “delicadeza y sutileza”.
Cárdenas, quien al dimitir expuso “motivos personales”, fue reemplazado por el general Marco Vera, ex jefe de Estado Mayor de la institución. “Por ese acto y además por su carrera y su desempeño al mando del Ejército yo le estoy reconocido y muy agradecido, pero es real que el cambio de comandante nos permitirá hacer algunos cambios en la estructura de la Fuerza Terrestre, que van a ser necesarios por estos inconvenientes que ha habido”, indicó. A Cárdenas solo le faltaban dos meses para cumplir su periodo.
Correa aseguró que “lastimosamente hay oficiales activos, muy pocos, la excepción, pero activos, que no entienden su deber de soldados y se creen políticos, y están en contacto con la oposición, con militares en servicio pasivo para generar descontento en las Fuerzas Armadas”. Con este panorama, la ceremonia anunciada para el próximo martes en Taura parece crucial. Allí el gobernante tendrá la oportunidad de dirigirse a la tropa y explicar los planes que tiene.