Teherán y Pekín discutirán en los próximos días la sustitución del dólar como divisa para el pago del petróleo que China compra a Irán, debido a las dificultades impuestas por Estados Unidos a los iraníes, informó ayer la agencia local Mehr.
Según Mehr, las conversaciones se deben a los cada vez más numerosos obstáculos al uso del dólar para el pago a Teherán, debido a las sanciones impuestas por EE.UU. a las empresas que tienen negocios con Irán y a las entidades financieras, incluido el Banco Central de este país.
Las importaciones chinas de petróleo iraní, según la fuente, aumentaron en 2011 en un 30% respecto al año anterior y se situaron en una media de 557.000 barriles diarios, según datos de las autoridades de Pekín.
Sin embargo, en enero pasado, China redujo sus importaciones de petróleo iraní para dejarlas en algo más de la mitad de la media del año anterior, unos 285.000 barriles diarios. China ya paga parte de su factura petrolera con Irán en su propia divisa, en lugar de en dólares, y los iraníes utilizan ese dinero para el pago de sus cada vez más abundantes importaciones chinas.
Irán también tiene abierta una cuenta en divisa local en Corea del Sur para el cobro de parte de sus exportaciones de petróleo y la importación de mercancías de ese país, según han revelado las autoridades de Teherán.
Irán es el tercer suministrador de crudo de China, que ha defendido sus negocios con los iraníes, pese a las presiones de Estados Unidos y la Unión Europea, que pretenden extender las sanciones económicas a Teherán para que abandone su programa nuclear.
La Unión Europea aprobó el pasado 23 de enero el bloqueo de los fondos del Banco Central de Irán en su territorio y la prohibición de importar petróleo de Irán a sus 27 países miembros, una medida que deberá entrar en vigor el 1 de julio próximo si Teherán no abandona su programa nuclear.
En 2011, China fue el principal comprador de petróleo iraní, seguido por Japón, la India y Corea del Sur.
De los países europeos, el mayor importador de crudo iraní es Italia, que es su quinto cliente en este apartado, seguido de España, que es el séptimo.
Grecia, España e Italia, que según organismos europeos importan entre el 13 y el 14% del petróleo que consumen de Irán, serán los países más afectados por la suspensión de esas compras si la medida llega a entrar en vigor en julio.
Entre otros motivos, las sanciones a Irán, los avances hacia un embargo petrolero y la posibilidad de un eventual enfrentamiento bélico en el golfo Pérsico, por la amenazas de ataques de EE.UU. e Israel a Irán si no cesa en su programa nuclear, han hecho subir en las últimas semanas los precios internacionales del crudo.
El crudo Brent del mar del Norte, de referencia en Europa, que en los meses anteriores había estado en un precio que oscilaba entre los 108 y los 111 dólares el barril, se ha situado en los últimos días por encima de los 116 dólares.
Gran parte de la comunidad internacional, con EE.UU. e Israel a la cabeza, acusan al régimen iraní de ocultar, bajo su programa nuclear civil otro de carácter militar, cuyo objetivo sería producir bombas atómicas, lo que Irán niega.
Teherán afirma que sus esfuerzos en el campo nuclear tienen como único objetivo el uso pacífico de la energía y tecnología atómica.