La Dirección Provincial de la Secretaría Nacional de Gestión de Riesgos (SNGR) ha identificado aproximadamente 2.000 familias (en promedio integrada por cinco personas) afectadas por el invierno, especialmente por las inundaciones y los deslizamientos de tierra.
Entre las zonas identificadas están Lomas de la Florida, Nueva Prosperina, Flor de Bastión, Bastión Popular y Mapasingue Este (noroeste de la ciudad).
Evelyn Sánchez, oriunda de Babahoyo, hace 5 años vive en el sector de la cooperativa Janeth Toral, ubicada en pequeños cerros del noroeste de la urbe.
Ella, al igual que sus vecinos y visitantes, debe escalar un terreno lodoso y resbaladizo, en ocasiones de hasta 100 metros, que en el menor descuido le puede provocar caídas y lesiones.
Si subir hasta la casa le representa una proeza, bajar es un peligro potencial. Las lluvias de las últimas semanas han destruido la improvisada escalera que fue edificada en el mismo suelo.
“No queda más sino construir donde se puede”, acotó Sánchez, quien solo ha recibido la asesoría de un obrero, que ha contratado para levantar su vivienda, quien se mostró visiblemente contrariado por las indagaciones que se le hizo sobre la estabilidad del suelo.
En una mirada panorámica del sitio se pueden observar casas en similar o peor situación que la de Sánchez, algunas de las cuales están ubicadas, prácticamente, en el borde de un precipicio.
Mientras que, en Bastión Popular, los caminos que están sin pavimentar empiezan a convertirse en zanjas debido a que las lluvias se han llevado las piedras y la tierra hacia la parte baja del sector.
Manuel Macías, quien vive en el bloque 10 del lugar, comentó que los habitantes de las casas, asentadas en estas peatonales, han empezado a tener dificultades para transitar, sea a pie o en vehículo.
“En el pavimento termina todo el lodo y las piedras y se vuelve un terreno difícil, mientras que subir a pie equivale a dar saltos para evitar caer en las zanjas”, dijo Macías.
En la zona de Paquisha, frente a Bastión Popular, hay personas que se arriesgan incluso a construir empinadas escaleras para llegar hasta sus hogares. Sin embargo, en una de ellas no hay terrenos de cemento, en la parte superior, para transitar de forma segura.
Edwin Coello, habitante de la zona, sostuvo que el responsable de esta obra desea construir una segunda entrada para su casa.
“Ya los vecinos hemos hablado con él sobre los peligros de esa construcción, pero él dice que está lo suficientemente fuerte para resistir las lluvias”, manifestó Coello.
En las elevaciones de estas ciudadelas, ubicadas en la vía Perimetral, también se pueden observar que las laderas de los cerros están cediendo gradualmente.
También al personal de Puerto Limpio se le dificultada su labor debido a que tienen que recoger la basura, que acumulan los moradores, en sitios empinados y resbaladizos.
Eduardo Metz, director provincial de la SNGR, indicó que en los lugares identificados los asentamientos son inseguros y que los terrenos son vendidos por personas inescrupulosas.
La responsabilidad de esta situación, en el caso de Guayaquil, recae en el Municipio local, de acuerdo a la Constitución y al Código de Ordenamiento Territorial.
“Estas zonas no son aptas para hacer viviendas, con la saturación de los suelos por el agua colapsan las estructuras y se deslizan”, afirmó Metz.
Entre los puntos graves de los estudios realizados están los deslizamientos y las zonas bajas en las que se construyen viviendas.
“Hay personas que se han colocado sobre cauces secos. En estos el agua ingresa por debajo de las casas, porque en el momento que hay lluvias el agua reclama su espacio, eso va minando estas construcciones y las tumba, incluso si son de cemento”, aseveró Metz.
Para hoy, la SNGR tiene previsto reunirse con la Corporación de Seguridad Ciudadana de Guayaquil (CSCG) para revisar el tema. Posiblemente, el Comité de Operaciones de Emergencia (COE) cantonal también participará del encuentro.
Se tratarán temas para estudiar las acciones que tomarán para mitigar los problemas de las viviendas y su potencial reubicación.
La SNGR está coordinando acciones, con las autoridades cantonales y parroquiales, para establecer el tipo de ayuda y proyectos que se pueden emprender al respecto.