La competencia entre buses, pasajeros que tienen que correr para alcanzar a las unidades de transporte en la mitad de la calle y conductores que pitan de forma indiscriminada para mover el embotellamiento, se repite cada mañana en una zona céntrica de la urbe.
El problema se registra en una misma esquina, en la que se ofrece bolón de verde y encebollado en plato hondo por un dólar, donde se forma una larga fila de personas que intentan abordar una línea de bus de entre una grupo de vehículos que se aproximan rápidamente por Antepara y Luis Urdaneta.
Ocho operadoras (82, 117, 43, 108, 61, 21, 8 y 13) circulan por la citada vía, que no tiene paraderos establecidos que faciliten a los usuarios acceder al vehículo que los llevará hasta sus destinos.
Estudiantes universitarios y trabajadores que viajan a diferentes sectores del norte de la ciudad son los principales afectados por el desorden que allí se registra desde las 07:30 hasta las 09:00.
El tráfico se hace más intenso en la zona cuando las personas que vienen desde el cantón Durán se bajan de la línea “Panorama” que los deja sobre la calle Antepara.
Marlene Alvarado realiza esta ruta todas las mañanas. “Aquí hay que estar bien atento, porque como vienen todos los buses al mismo tiempo, a veces toca correr por media calle para coger el colectivo”, comenta la mujer, resignada a tomar el transporte en medio de este desorden, desde hace 6 años.
En la calle Urdaneta, incluso, existe un cartel que indica que está prohibido estacionarse en la acera, aunque aquello no se cumple.
Igual situación viven diariamente los ciudadanos que se trasladan hacia las universidades de Guayaquil y Laica Vicente Rocafuerte.
Laura Cedeño mira, asomándose bajo su paraguas, cómo pasan las líneas de buses, junto a una fila disgregada de 40 personas que esperan junto a ella.
Después de 10 minutos llega el bus de la línea 8, pero como la 108 -que se dirige a Urdesa- ya se estacionó a recoger pasajeros, el conductor de la primera línea coloca su vehículo en la media calle, mientras que un colectivo de la Panorama, que viene por Urdaneta, trae a otros pasajeros de Durán, pita incansablemente para que los autos que ya formaron una cola detrás de la 8 despejen la vía.
“¿Un paradero? Claro que uno quisiera un paradero, no es que me guste coger la buseta en la mitad de la calle, pero no hay, pues”, se queja Andrés Caballero, un joven que viene desde Durán.
La vigente Ley de Transporte Terrestre, Tránsito y Seguridad Vial establece en el artículo 202 que es obligación de los pasajeros “exigir la utilización de las paradas autorizadas para el embarque o desembarque… y solicitarla con la anticipación debida”.
La misma normativa señala que el conductor que estacione o detenga un vehículo para recoger pasajeros en lugares no autorizados, incurre en una contravención que es de tercera clase.
Dicha infracción debería ser sancionada según la legislación, con un 15% de la remuneración mensual y con una reducción de 1,5 puntos de la licencia de conducir.
Este diario buscó la versión de la Comisión de Tránsito del Ecuador (CTE) sobre la problemática que se genera en ese espacio, pero no se obtuvo respuesta hasta el cierre de esta edición.