Son las 10:06 y en el aula de informática de la escuela Ricardo Muñoz, en Cuenca, se presencia un silencio casi total. Apenas el tipeo de los teclados de las computadoras y uno que otro murmullo entre aprendices son los sonidos más fuertes que se pueden escuchar.
Los diez profesores de primaria que ahora son alumnos se muestran acuciosos por aprender. Se trata del curso de capacitación para educadores, en el que aprenden lo básico en informática para la correcta utilización de una computadora.
Este taller es el paso previo para posteriormente asimilar el manejo del Linua, un software de enseñanza primaria por computadora que, según el Ministerio de Educación, facilitará la pedagogía en escuelas fiscales del país.
Para ello, el pasado 14 de enero, se inició el plan piloto denominado “Mi Compu”. Ese día el presidente de la República, Rafael Correa, representantes del Ministerio de Educación, la Alcaldía de Cuenca, Empresa Municipal de Telecomunicaciones, Agua Potable, Alcantarillado y Saneamiento (Etapa) y la Dirección Zonal de Educación de Cuenca, entregaron simbólicamente 3.385 computadoras a igual número de niños de 17 escuelas fiscales de la capital azuaya con la intención de mejorar la calidad de educación en la ciudad.
El capacitador es Mateo Encalada, un ingeniero electrónico, que fue designado por el Ministerio de Educación para que enseñe a los maestros lo básico del manejo de un procesador. El curso, que se desarrolló desde el lunes 16 hasta el viernes 20 de enero, abarcaba desde como se enciende y apaga la máquina, hasta el uso correcto del ratón, el teclado, programas de texto y la creación de una página web.
Encalada personaliza las clases. Para ello, se traslada de un asiento a otro. Los profesores fieles a lo que predican cuando enseñan en sus escuelas, se encuentran pacientes, mayoritariamente con la vista dirigida hacia el monitor de 14 pulgadas de una máquina marca Lenovo, que es la misma con la que impartirán sus clases.
Caldas, una profesora de 35 años en el ejercicio de la docencia y que actualmente labora en la escuela Zoila Aurora Palacios de Cuenca, al no poder ejecutar una opción del programa writer, buscó ayuda en su compañero de profesión, Segundo Tapia.
“Existen cosas que tenemos que mejorar, para mí es casi nuevo el uso de una computadora, pero ahí persisto en aprender para poder educar de una manera más eficiente a mis alumnos”, dice la maestra que refleja sus años en la docencia con su cabellera un tanto canosa.
El writer es un programa que tiene las mismas funciones del microsoft word, con la única diferencia de que no posee licencia de utilización, por lo que se puede adquirir de manera gratuita en el país.
Pasaron 20 minutos y la mayoría de los profesores, que dedican cuatros horas del día a este curso (de 08:00 a 12:00), se muestran cansados y se retiran al receso de 15 minutos.
Menos uno. Con la mano en el mentón, el ceño fruncido y sus lentes apretando su nariz se encuentra sentado, rígidamente, al frente de su procesador, Segundo Tapia, un catedrático de sexto de básica y director de la misma escuela en la que trabaja Caldas. A diferencia de su compañera de profesión, él se considera apto para usar una computadora, pero no experto.
Al igual que en la escuela Ricardo Muñoz, en la Julio Abad Chica y en la Atenas del Ecuador otros maestros se preparan en horarios simultáneos. En total son 97 que forman parte de la primera capacitación.