Por ese tramo de la vía Perimetral nadie transita a pie. Carros livianos y pesados recorren la vía y en los costados más de 40 montículos formados por ladrillos de color naranja rotos, pedazos de teja, cañas y todo tipo de materiales utilizados en la construcción se amontonan.
La carretera se ha convertido en un improvisado cementerio de materiales, desde los predios donde está ubicada la reserva “Manglares el Salado” hasta el viaducto de la Prosperina.
Los montículos que aparecen en cada kilómetro no son altos, pero sí numerosos, incluyen también sacos de cemento y basuras de otro tipo que alguien lanzó sobre el lugar.
Esta situación también ha sido reportada por personal de la empresa de recolección “Puerto Limpio”, que explica que no pueden remover estos desechos ya que la Dirección de aseo cantonal y servicios especiales del cabildo les notificó en noviembre del año pasado que no podían recogerlos.
Según lo dispone la Constitución y el Código de Ordenamiento Territorial (Cotad), el Municipio de Guayaquil tiene la competencia para disponer sobre la recolección de este tipo de escombros.
Existe una ordenanza que prohíbe la recolección de estos desechos por parte de la empresa Puerto Limpio.
María Auxiliadora Jácome, directora Provincial del Ministerio del Ambiente (MAE), explica que si los responsables de una constructora acuden al relleno sanitario ILM Las Iguanas, deben pagar una tasa y esperar hasta un mes para que los administradores aprueben su solicitud y reciban los desechos.
“La gente prefiere, por comodidad, pagarle a un señor para que se lleve los desechos en una camioneta, pero el constructor no tiene conocimiento de dónde los deja”, explica.
La mayoría de las veces, agrega, estos desechos son vendidos por quien los recoge y terminan siendo utilizados para rellenar terrenos en zonas de invasión que colindan con el Estero Salado, lo que es ilegal.
En ocasiones anteriores, los responsables de Ambiente en Guayas han encontrado botaderos improvisados, uno de ellos se había formado en el sector de Mapasingue.
Cuando se detectan estos problemas, los técnicos del Ministerio acuden al sector y emiten un informe sobre la situación, solicitando además al Municipio que se haga cargo del asunto. En el caso de Mapasingue, el cabildo se encargó de solucionar el problema.
Jácome señala que enviará a los profesionales del Ministerio a revisar la acumulación de basura que se encuentra en la vía Perimetral.
“Al estar en la vía constituye una forma de contaminación”, señala.
Walter Mendoza, vicepresidente del Colegio de Ingenieros Civiles del Guayas, asegura que cuando se realiza una demolición para una obra, el Municipio establece un plan de manejo de los desechos obtenidos.
“En el caso de las obras civiles, no sobran materiales porque se compra lo que se va a utilizar”, dice.
Otros constructores que manejan cuadrillas de ocho obreros y realizan arreglos o ampliaciones en casas, como Alberto Jiménez, aseguran que prefieren reciclar sus materiales.
“Se guarda lo que queda del cemento y de la caña para darle uso en nuevas construcciones”.
Este diario intentó comunicarse con la Dirección de Aseo Cantonal del Cabildo para conocer sobre las políticas que se aplican en el relleno sanitario para la disposición de los desechos relacionados con la construcción, pero hasta el cierre de esta edición no obtuvo respuesta.