A pesar de que la Policía ha informado que la banda de los descuartizadores, capturada el sábado anterior en la cooperativa Nueva Prosperina, es una agrupación que pretendía ejercer el dominio de la venta de droga mediante los execrables asesinatos y así obtener el respeto de los moradores de este sector, ubicado al noroeste de Guayaquil, los siete detenidos confesaron públicamente que adoran a satanás y practican ritos que conlleven a obtener el poder y dominio absoluto.
Por eso en la banda había una jerarquización entre los integrantes, quienes, nclusive, tenían funciones establecidas en la organización.
Patricio Pazmiño, comandante del Distrito Metropolitano de Guayaquil, explicó que Xavier Salas Pazmiño, alias “Rafael”, era el líder de la banda y se dedicaba a cercenar los cuerpos, actividad que aprendió en la morgue del hospital Luis Vernaza.
Ronny Alvarado Holguín, alias “Perico”, era el segundo al mando y se encargaba de arrojar los restos.
Mientras tanto, Fidel Palomino Alaús, alias “Fito”, figuraba como el tercero en orden jerárquico y era quien acuchillaba a las víctimas.