Armados de pelotas de colores, discos y demás artículos utilizados para realizar malabares, George Acosta, Omar Gudiño, Giovanni Valencia y Emanuel Crespo realizaban una actividad denominada “El Abecedario”, en la que debían pasarse uno a otro las pelotas -repasando las letras desde la A hasta las Z- sin hacerlas caer.
George falla en la D y deben comenzar el ejercicio de nuevo.
Más allá, sobre un escenario, la pequeña y sonriente MayLing Rizzo, de 7 años, realizaba un número de acrobacias, con la ayuda de dos expertos que sostenían sus brazos y piernas.
“Inclínate, inclínate. No tengas miedo, que te estamos agarrando. Eso. Ahora, levanta la cabeza”, decía uno de los capacitadores, mientras MayLing recibía los aplausos de sus compañeros.
Estas fueron varias de las actividades que los 40 niños y adolescentes integrantes del Circo Social realizaron la mañana de este viernes en el Parque Stella Maris, ubicado en el sector del Guasmo, en el sur de la ciudad.
Hasta allí llegaron estudiantes de varias escuelas y colegios del sector como Ernesto Che Guevara, María Estrella de Mar, Riquezas del Ecuador, entre otros, que participaron del evento denominado “Circo Abierto”, en el que miembros de este proyecto de la Vicepresidencia de la República y del Municipio de Guayaquil, salen a la calle a demostrar lo aprendido durante los últimos tres meses y a compartir este conocimiento con la comunidad.
Según Ernesto Piechestein, asistente técnico de proyectos especiales de la DASE (Municipio de Guayaquil), este proyecto arrancó en septiembre pasado “y esta es la primera vez que salimos con el Circo Abierto, es decir, sacamos al circo de su lugar normal de reunión. Esta es una actividad que mantendremos por el resto del año y que consideramos importante porque damos a conocer lo que hacemos dentro del Circo Social y lo mucho que han crecido los chicos durante este tiempo”.
El circo abierto estuvo dividido en tres módulos: acrobacias, clown y malabares.
Los asistentes a la exposición visitaron cada módulo y allí interactuaron con sus protagonistas e instructores. Algunos incluso, participaron de la ejecución de algunos actos de malabarismo o actuación.
María Alcívar, de 10 años, participó de una pequeña obra de clown, en la que César Zavala -conocido también como Payasito Bananín- fue el instructor. Acompañado de Camilo Nazareno, un joven también pintado de payaso, con apenas 15 años, María participó brevemente, caracterizando un payaso y un mimo.
“Me parece bonito que hagan estas actividades en los parques y en distintos lugares. Y me da gusto ver que estos chicos han aprendido mucho sobre malabarismos y esas cosas”, sostuvo María.
El Payasito Bananín tiene 7 años de ejercicio profesional y se moviliza todo el tiempo en un pequeño triciclo. él es uno de los capacitadores del Circo Social.
“Los chicos han aprendido mucho, pero aquí es importante tener amor al arte, sino no sirve de nada el sacrificio”, dice, con voz aún de payaso. él no sale fácilmente de su personaje.
“El Circo Social es un proyecto que se extenderá hasta el 2014 y cuyo propósito es rescatar jóvenes de las calles y reinsertarlos a la vida familiar y social, sin que surja un efecto rebote, es decir, sin que vuelvan a trabajar a las calles”, afirma Piechestein.
Según dice, el propósito es que en este lugar adquieran los conocimientos necesarios para hacer de este arte su forma de vida, si deciden seguir el camino circense.
A mediados de este año, el Circo Social instalará una carpa en un sector de la ciudad que aún no está determinado. Allí habrá espacio para las clases, presentaciones artísticas y musicales.
La modalidad Circo Abierto se realizará cada viernes en diferentes sectores de la urbe.