La mandataria argentina, Cristina Fernández de Kirchner, fue operada con éxito ayer de un cáncer de tiroides en un hospital privado de la ciudad de Pilar (60 kilómetros de Buenos Aires), menos de un mes después de haber asumido su segundo mandato hasta 2015.
“La operación se realizó sin ningún inconveniente ni complicación”, expresó el vocero presidencial, Alfredo Scoccimarro, al leer un comunicado en la puerta del hospital Austral, en medio de la algarabía de centenares de seguidores de la presidenta que se concentraron a la espera de los resultados de la cirugía.
Los médicos señalaron que Fernández, de 58 años, despertó ayer y presentó una buena recuperación postoperatoria inmediata, según el informe del cirujano a cargo de la operación, Pedro Saco.
Scoccimarro señaló que durante la intervención, que se extendió por tres horas y media, a la mandataria se le realizó una tiroidectomía total (extirpación de glándula tiroidea).
La mandataria permanecerá internada por 72 horas en el centro de salud y su convalecencia se extenderá por 20 días, hasta el 24 de enero, lapso durante el cual el vicepresidente Amado Boudou tiene a su cargo el Poder Ejecutivo.
La gobernante llegó ayer temprano en la mañana al moderno Hospital Austral, junto con sus hijos Máximo (32 años) y Florencia (24), a bordo de un helicóptero. La presidenta ocupa la habitación 217, en la segunda planta del Hospital Austral, uno de los centros más avanzados del país. Dependiente del Opus Dei y ubicado en las afueras de la localidad de Pilar, el hospital se mantiene blindado por las fuertes medidas de seguridad desplegadas por la presencia de la mandataria.
El director médico del centro, Eduardo Schnitzler, ordenó habilitar varias camas para que sus familiares más directos puedan acompañarla en los próximos días y adelantó su intención de no abandonar el recinto durante la convalecencia de la presidenta.
“Las perspectivas son excelentes y uno no esperaría ningún tipo de evolución posterior del tumor tras la operación”, explicó antes de la cirugía el oncólogo Mario Bruno, quien sostuvo que Kirchner podrá hacer una vida normal tras la cirugía. Según el experto, miembro de la Asociación Argentina de Cancerología, la cirugía permitiría la solución definitiva del problema.
Bajo un calor agobiante en el verano austral, la confirmación del éxito de la operación fue recibida con una ovación cerrada por los cientos de seguidores de la presidenta, la mayoría de ellos jóvenes, que desde hace dos días acampan y hacen vigila en las inmediaciones del hospital.
“Fuerza Cristina” o “Fuerza morocha”, decían algunos de los pasacalles y carteles colocados en las rejas que circundan el predio del hospital, junto a banderas argentinas y pancartas con los rostros de la jefa de Estado y de su antecesor y fallecido esposo, Néstor Kirchner.
Los manifestantes, en su mayoría jóvenes, han sembrado también el acceso principal al sanatorio con banderas partidistas, pancartas e incluso improvisados santuarios con imágenes de Cristo y de la Virgen de Luján, patrona de Argentina, para pedir por la pronta recuperación de la jefa de Estado.
También las redes sociales se mantuvieron al tanto del desenlace de la operación de Fernández y oficialistas y opositores aparcaron sus diferencias por un día para enviar mensajes de solidaridad a la presidenta. El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, habló por teléfono con su colega de Argentina y dijo que confía en su recuperación.