El compromiso del plan ambiental es no explotar las reservas petroleras del corredor de bloques Ishpingo, Tambococha y Tiputini, dentro de la zona del Parque Yasuní (846 millones de barriles), a cambio de recibir una retribución internacional equivalente a la mitad del valor comercial de la explotación del crudo. De esta manera se evitarían los impactos sociales derivados de la explotación petrolera dentro de un ecosistema frágil en el que habitan pueblos originarios, algunos de ellos “no contactados”.
El Parque Nacional Yasuní es considerado uno de los lugares de mayor biodiversidad del planeta y alcanza una superficie de 982 mil hectáreas.