Al menos 479 predios fueron calificados como “de alto riesgo” por la Agencia Ecuatoriana de Aseguramiento de la Calidad del Agro (Agrocalidad), encargada de la definición y ejecución de políticas, y de la regulación y control de las actividades productivas del agro en Ecuador.
La mayoría de predios, ubicados principalmente en la frontera con Perú, registraron brotes de fiebre aftosa. La información permitió focalizar los controles en esas zonas y evitar la propagación de la enfermedad.
Las medidas son parte del Proyecto Nacional de Erradicación de la Fiebre Aftosa, cuyo objetivo es alcanzar la certificación de país libre de la enfermedad con vacunación en el 2015. Se hicieron cercos epidemiológicos y pruebas a los animales, y se levantó una base de datos.
Precisamente en estos sectores se concentran las brigadas de la segunda campaña de vacunación, iniciada el pasado 9 de noviembre en todo el país. Las dosis se aplicarán hasta el 23 de diciembre.
El director ejecutivo de Agrocalidad, Luis Valverde, informó que cuentan con 2,8 millones de dosis y que están en proceso de adquisición para completar las 5 millones de vacunas. La empresa Insu Campo es la encargada de vender las vacunas al gobierno. Cada dosis cuesta un dólar, pero el Estado asume el 70% del costo.
“El ganadero deberá pagar 30 centavos por dosis, es decir el mismo precio que el año anterior”, puntualizó Valverde.
Además, recordó que la erradicación de la enfermedad no solo depende de la vacunación. “Es importante también tomar medidas de control a la hora de movilizar a un animal a las ferias, hay que verificar que los animales tengan las dos vacunas contra la aftosa”, precisó.
Por su parte, Teófilo Carvajal, director ejecutivo del Comisión Nacional de Erradicación de la Fiebre Aftosa (Conefa), indicó que se busca incluir a la Policía en los operativos para mejorar los controles. Asimismo, insistió que los ganaderos deben cumplir con los calendarios de vacunación.
El último brote de la enfermedad ocurrió en Santo Domingo, en julio de este año, en la parroquia San Jacinto del Búa, donde se estableció una zona de cuarentena de 20 kilómetros a la redonda. Se vacunó a 3 mil bovinos y se controló el virus.