Cayó la noche y con ella la calma en la Casa de la Selección donde solo un lugar mostraba una agitación inusual, el comedor.
El olor a césped que emanaba de las canchas de entrenamiento competía con el aroma de la cena preparada para los seleccionados. Estaba lista para servirse.
Vinicio Luna, ex coordinador de la Tricolor comprobaba que todo esté a punto para el banquete mientras Antonio Valencia era el único jugador presente en el comedor viendo televisión.
En el acceso principal a la Casa de la Selección el ambiente estaba inundado de nostalgia. Dos ex seleccionados dialogaban con Luis Chiriboga, presidente de la Federación Ecuatoriana de Fútbol.
Vestidos de traje, lejanos a aquellas épocas en las que lucían el uniforme de concentración, José Francisco Cevallos (ahora Ministro de Deporte) y Luis “El Chino” Gómez (subsecretario de dicha cartera de Estado), no podían dejar de lado los recuerdos de cuando defendieron al país vistiendo la camiseta Tricolor.
De a poco el comedor se copó con la llegada de los seleccionados, quienes esperaban al Presidente Rafael Correa. A las 19:30 había salido de Carondelet rumbo a la concentración tricolor. Estaban ansiosos por verlo.
“El Presidente de la República siempre ha apoyado al deporte y en este caso al fútbol, su presencia motiva, alienta y hace saber que está pendiente de nosotros y no solo de lo político”, destacó el defensa Fricson Erazo.
La escalinata que conduce desde las habitaciones al comedor se empezó a agitar. édison Méndez, Walter Ayoví, Luis Fernando Saritama, Cristhian Suárez, Alexander Domínguez, Cristhian Benítez y más jugadores caminaban presurosos rumbo al comedor. Sedientes, la mayoría, corrió a la máquina de jugos, para hidratarse.
Entre ellos, la alegría por la visita del Mandatario ecuatoriano no se podía disimular. “Qué entusiasmo que por primera vez voy a conocer al Presidente en persona”, confesaba Alexander Domínguez, arquero de Liga Deportiva Universitaria de Quito.
‘Dida’ como se conoce al espigado golero nacional, espera que ante Perú, este martes, se pueda conseguir un buen resultado pues la visita del Presidente Correa dice haberlo motivado.
La tranquilidad de la Casa de la Selección no se pierde. La caravana presidencial hace su ingreso. Las primeras palabras del Primer Mandatario son para decir que debieron empezar a cenar y no esperarlo. Saluda con todos los futbolistas, con técnicos, dirigentes. Súbitamente, ingresa, hasta la cocina, y estrecha en sus brazos al personal que preparó la cena recomendada por Patricio Maldonado, médico del equipo.
Todos los deportistas se sientan en la mesa y empiezan las palabras de agradecimiento del Presidente Correa por recibirlo en la Casa de la Selección. Desea suerte a los jugadores para el partido ante Perú y con un tono aliciente, de estímulo les recuerda: “Todo el país está con ustedes”.
En agradecimiento, Walter Ayoví, capitán tricolor, le regala una camiseta con su nombre en la espalda, mientras Antonio Valencia hace lo mismo con la hija del Jefe de Estado, Dominique.
La gratitud del presidente de la FEF, Luis Chiriboga, es elocuente hacia el Mandatario. “Le tenemos a usted como a uno de los grandes hinchas de la Selección, gracias por estar con nosotros” .
Por su parte, el técnico Reinaldo Rueda considera que “es muy positivo para el fútbol ecuatoriano tenerlo a usted como Presidente” y acota que como académico y estadista, con Rafael Correa “el Ecuador va por buen camino”.
Luego de escucharse, es hora de cenar. Cerca de las 20:30, los seleccionados se levantan de la mesa, se encolumnan, toman una bandeja y se sirven aguado de menudencias, arroz con pollo o carne, puré de papa, ensalada de legumbres y jugo. Entre ellos, esperando su turno, está el ciudadano Rafael Correa, despojado de investiduras, como un miembro más de la familia, como un seleccionado más. Es un banquete de amigos.