Las conversaciones entre los dos principales partidos griegos continúan este martes, con el fin de alcanzar un acuerdo que recoja todos los detalles sobre el gobierno de coalición que deberá gobernar el país en los próximos meses.
Durante la reunión se espera que el gubernamental Movimiento Socialista Panhelénico (Pasok) y el conservador Nueva Democracia (ND) acuerden la composición del nuevo gabinete, las acciones que deberá llevar a cabo y quién estará al frente de él, explicaron fuentes gubernamentales.
Cerrado el acuerdo el todavía primer ministro, Yorgos Papandréu, presentará su dimisión al presidente griego, Carolos Papulias, y éste otorgará el mandato de formar uno nuevo al regidor elegido por los dos partidos.
Con respecto al probable sucesor, todo parece apuntar hacia Lucas Papademus, quien fuera gobernador del Banco de Grecia y vicepresidente del Banco Central Europeo, aunque por el momento existen demandas sin resolver.
Donde las cosas no están claras es en la participación de ND en el nuevo ejecutivo, debido al desgaste que ello supondrá de cara a las elecciones. Antes de convocar a los comicios el gobierno transitorio deberá adoptar un paquete de medidas duras e impopulares impuestas por la Unión Europea (UE).
En primer lugar deberá realizar y aprobar el presupuesto para 2012 antes del 20 de noviembre, además tendrá que acelerar los trámites para poder recibir la sexta parte del rescate financiero antes del 15 de diciembre, incluyendo su aprobación parlamentaria con mayoría cualificada de tres quintas partes.
Por último deberá convocar elecciones generales en el país, cuya fecha más probable es el 19 de febrero próximo.
Las presiones europeas se acrecientan mientras se alargan las negociaciones, y así durante la reunión celebrada el lunes en Bruselas por el Eurogrupo se impuso como condición que el nuevo gobierno griego se comprometa por escrito a cumplir un calendario de medidas de ajuste.
Solo entonces se entregará el sexto tramo de ayuda, por un importe de ocho mil millones de euros, procedente de la UE y del Fondo Monetario Internacional (FMI), indispensable para evitar la quiebra del estado griego.