Empresarios de la Cámara de Comercio Ecuatoriano-Americana se reunieron en la ciudad costera de Guayaquil. Ahí pidieron al gobierno que agilite el ‘lobbying’ (influir eficazmente en las decisiones de las instituciones públicas) con Estados Unidos para la firma de un Acuerdo Comercial permanente con ese país.
El presidente de la Cámara, Joaquín Carvajal, dijo a la Agencia Andes que hay dos años para negociar y tratar de conseguir un acuerdo, mientras dura la última extensión de las preferencias arancelarias andinas (Atpda por sus siglas en inglés).
Según el Banco Central del Ecuador, entre enero y agosto, mientras el país no tenía el Atpda, las exportaciones al mercado norteamericano fueron alrededor de USD 6 175 millones. Esa cifra representa más que el total de exportaciones a EE.UU. en 2010.
El año pasado Ecuador exportó USD 6 mil millones y contó con las preferencias arancelarias todo el año.
Sin embargo, Carvajal sostiene que no se sintió un impacto económico severo, en el lapso que el país no gozaba de preferencias, debido a que los empresarios ecuatorianos y estadounidenses asumieron los costos. Recordó que ambos sabían que al renovarse las preferencias, recibirían el pago retroactivo de lo que cancelaron en impuestos.
“Ya no va a haber renovación de Atpda, nos enfrentamos a otro escenario, porque si concluyen las actuales preferencias arancelarias, ya no habrá una devolución posterior de los aranceles, en caso de que Ecuador no consiga un acuerdo bilateral”, advirtió.
Señaló que el país puede mantener las exportaciones al mercado norteamericano, pero sin preferencias, el margen de utilidad será inferior. Carvajal aseguró que “al bajar las utilidades, reducimos el empleo pleno y eso no queremos”.
Entretanto, para expertos como Mario Suárez, consultor para negocios con EE.UU., el Ecuador tiene modelos a seguir como Brasil que no tiene un Tratado de libre Comercio (TLC) o Acuerdo Comercial.
Explicó que ese país exporta a través del sistema DDP (Delivery Duty Paid). Esto consiste en que el productor-exportador envía la mercancía al comprador a su propio país.
Suárez indicó que aunque el mecanismo implica asumir los impuestos, aranceles, costos de flete, entre otros, recibirá otro tipo de beneficios y tratamiento.
“Ya no es solamente un exportador, sino un comercializador internacional. Eso le da derecho a participar en el margen de utilidad con un porcentaje que bordea el 30%”, precisó.
Puntualizó que así pague un 7 % de arancel, sin un acuerdo comercial con EE.UU., el margen
de utilidad le permitirá cubrir ese impuesto, los costos de fletes, y al final tendrá un margen de ganancias superior a lo que otorga un Atpdea.