La previsibilidad del resultado no atenúa en modo alguno su contundencia. Cristina Kirchner obtuvo su reelección con el registro más alto desde el regreso de la democracia, con más del 53,96 por ciento de los votos. La Presidenta amplió su marca de las primarias de agosto y logró superar la elección de Raúl Alfonsín en 1983.
Se hizo así un lugar entre los principales registros históricos de Juan Domingo Perón, tres veces presidente de la Argentina. Con su reelección, Cristina obtiene además un tercer mandato consecutivo para el kirchnerismo, una posibilidad que aparecía lejana apenas un año atrás y que hasta ahora había sido negada a una misma fuerza política en la democracia moderna.
Esa continuidad muestra un único antecedente en el primer tramo del siglo XX con la sucesión -a lo largo de 14 años- entre los radicales Hipólito Yrigoyen y Marcelo T. de Alvear. Será además la primera vez que esta secuencia la protagonice el peronismo.
Las cifras del escrutinio señalaban que detrás de Binner, en el tercer lugar, quedaba Ricardo Alfonsín, candidato de UDESO, con el 11,14 por ciento.
En tanto, Alberto Rodríguez Saa, de Compromiso Federal quedaba en cuarto lugar con 8% y quinto Eduardo Duhalde, que encabezaba la lista del Frente Popular con 5,90 por ciento.
A su vez, Jorge Altamira, del Frente de Izquierda y los Trabajadores, en el sexto lugar con el 2,32 y Elisa Carrió, postulante a presidente de la Coalición Cívica, en el séptimo puesto con el 1,85 por ciento.
La Presidenta, al proclamar su triunfo en el Hotel Intercontinental llamó a la “unidad nacional” y afirmó que “siento la inmensa responsabilidad de conducir al país a vivir una historia distinta a la que vivimos en los últimos doscientos años”.
Poco después, se trasladó a Plaza de Mayo donde desde un palco saludo a la multitud concentrada en el lugar y reiteró su llamado a la unidad nacional.
Mientras militantes y agrupaciones kirchneristas festejaban en el Hotel Intercontinental, sede del Frente para la Victoria y en Plaza de Mayo, las cifras del escrutinio señalaban que detrás de Binner, en el tercer lugar, quedaba Ricardo Alfonsín, candidato de UDESO, con el 11,50 por ciento.
En tanto, Alberto Rodríguez Saa, de Compromiso Federal quedaba en cuarto lugar con 7,89 y quinto Eduardo Duhalde, que encabezaba la lista del Frente Popular con 5,883 por ciento.
El kirchnerismo recupera a partir del diciembre próximo la mayoría en la cámara de Diputados -con la asistencia de peronistas aliados- y consigue consolidarla en el Senado, donde suma una banca y accede al quórum. Esto le garantiza el control pleno del Congreso, que había cedido en la elección de mitad de término de 2009.
El oficialismo consigue también asegurarse la administración de 20 de las 24 provincias después de los triunfos de sus representantes en los nueve distritos que elegían gobernador, entre los que sobresalen el de Daniel Scioli en Buenos Aires –sacó poco más del 55 por ciento de los votos– y el del kirchnerista Francisco Pérez, en su duelo con el radical Roberto Iglesisas en Mendoza. En el escenario nacional, apenas la Ciudad de Buenos Aires -donde ayer se impuso la candidatura de la Presidenta– Santa Fe, San Luis y Corrientes tienen signo opositor.
Con una brecha de apenas más de 37 puntos entre el oficialismo y su principal fuerza perseguidora, la elección presidencial naturaliza la noción del peronismo como partido de poder en la Argentina. Pero una vez más resulta esquiva a la hora de definir un claro liderazgo opositor. Por esto mismo, el comportamiento electoral de las fuerzas de la oposición –entre la que prevalecieron las opciones con un discurso menos confrontativo– implica de algún modo otro triunfo del kirchnerismo.