Pedro Restrepo, padre de los niños Andrés y Santiago Restrepo, resaltó la decisión política del Gobierno Nacional por reanudar las investigación de sus hijos desaparecidos el 8 de enero de 1988, durante el régimen de León Febres Cordero.
¿Qué significa la creación de esta comisión que va a investigar el caso y qué expectativas le abre a usted y su familia?
Hay dos temas pendientes que fueron responsabilidad del Estado en el Convenio que se firmó en la Corte Interamericano de Derechos Humanos en la OEA cuando el Estado ecuatoriano reconoció que el crimen y la desaparición de mis hijos era un crimen de Estado. Se firmo un convenio amistoso entre los que constaba un rastreo en Yambo, la verdad absoluta y la entrega de los cuerpos o los restos de los niños Restrepo.
El rastreo se hizo, no hubo resultados positivos, la verdad total y absoluta todavía es una deuda de la Policía con la familia, entonces esta decisión política de que se aclare de una vez el caso la familia lo recibe con beneplácito y mucha esperanza.
¿Qué diferencia hay entre la creación de esta comisión y de otras que incluso tuvieron participación nacional e internacional?
No hay diferencia todas estas comisiones han tenido como fin buscar la verdad, hacer justicia, y encontrar los cuerpos de los niños y cada comisión ha ido aportando para que este caso sea cada vez más clara de tal manera que es una sumatoria.
Son 23 años, el recuerdo de esos niños y esta lucha es algo que está en nuestros corazones, pero el buscarlos el pedir la justicia también nos da mucho aliento y satisfacción de vida. De tal manera que es una tragedia que nos llegó, la hemos afrontado, es mucho tiempo pero en este momento es como que fuera ayer, la cosa no está esclarecida y produce mucho dolor, pero también se reactiva esa esperanza de saber que pasó.
¿Qué ha pasado en la vida de Pedro Restrepo, durante estos 23 años?
Mi vida cambió notablemente de ser un padre de familia, un profesional, dedicado a sus actividades comunes y corrientes, ha convertirme en un investigador, protestante en las calles buscando verdad y justicia y en un actor muy constante en los medios de comunicación. Es un cambio de 180 grados en vida y lo he ido asimilando.
Qué significaba la presencia permanente de todos los miércoles a la Plaza Grande
Las salidas a la plaza eran como la gasolina, como la fuerza, como el aire de esta lucha. Nosotros decidimos salir a la plaza para hacer visible la ignominia y el crimen que se había cometido con nuestra familia al torturar, desaparecer y asesinar a estos dos niños adolescentes. Una presencia continua de más de una lucha de cerca de 18 años todos los miércoles en esa plaza, fue visibilizando el caso y poco a poco la prensa se fue tomando ese caso como propio, también se fueron sumando familiares de otras víctimas y se convirtió en una plaza de protesta a las violaciones de derechos humanos por parte del Estado.
En un tipo de lucha como estas, contra organizaciones tan frías como la Policía, hay mucho desaliento porque no se ven prontos resultados, porque uno se siente muy inerme a un poder tan grande. Pero salir a la plaza y recibir la solidaridad de la gente, informaciones que iban llegando y la gente daba pistas, sitios, lugares y se convirtió en un aliento de vida.
Efectivamente en el caso de nuestros niños de ser un caso irresolutos e convirtió en una noticia constante.
¿Por qué salieron de escena?
Hay dos razones claras, la primera fue mi salud física, tanto tiempo ahí parado, tantas marchas tanto trajinar fueron agravando un problema de artrosis que prácticamente hasta el año 1998 ya llegó a tal grado me paralizó. Yo tenía un proceso largo de seis operaciones, en la columna cervical y en las rodillas. Estas duraron unos tres años.
Otra razón básica es que el convenio que se firmó en 1998 no se había cumplido en su totalidad, pasaron los gobiernos nadie se había preocupado, el único que Gobierno que se ha preocupado incluso por iniciativa propia fue el de Rafael Correa, asimismo como yo estuve en esa plaza denunciado a los gobiernos anteriores, al ver que un Gobierno ya cumplía no tenía objeto protestar por lo que está cumpliendo.
Usted siempre ha sabido y confiado que los restos de sus hijos están en Yambo
El testimonio de Hugo España que fue un testimonio contundente y que fue analizado como familia que estuvimos por el año de 1991, analizando sus aseveraciones, caminando por los sitios que él decía y ya con un poco de experiencia, consideramos que es un testimonio válido. A este testigo lo presentamos a la Comisión Internacional la cual analizó todo este testimonio todo este buen tiempo, lo cual la consideró acertado y que era válido y en base a ese testimonio se dio un informe final en el que concluía que la Policía era culpable.
Con este informe se envío a la Corte Suprema de Justicia, el juicio duró cuatro años y todos sus implicados tuvieron los mejores abogados para defenderse y sus instituciones como la Policía detrás y hubo una sentencia condenatoria basada en el testimonio de España.
Después nosotros acudimos a la Corte Interamericana de Derechos Humanos porque consideramos que no se había hechos justicia plena. La Corte Interamericana concluyó que el Estado era responsable de un crimen de Estado e hizo un convenio con la familia de que se tenga que buscar en Yambo.
No estaban ahí los restos, los niños son niños de carne y hueso y sus restos tienen que estar en Yambo o en algún lugar y es la policía la que tiene que responder sobre esto.
Su llamado, fundamentalmente, es a la Policía Nacional.
Siempre, pero yo creo que en este momento es un momento especial, pues la Policía ha mantenido siempre una actitud de negar, los hechos a pesar de todas las pruebas, de todas las condenas y de todas las evidencias. La policía siempre ha mantenido un slogan negar y mentir es padre y madre, y en eso se mantienen. Si este Gobierno pretende que la Policía puede cambiar haciendo cambiar ese slogan y les hará más creíbles ante la sociedad.
Hacer un verdadero ejercicio de enmienda de que esto nunca más vuelva a suceder y contar lo que pasó con estos niños, quiénes los secuestraron, cómo los mataron y qué hicieron con sus restos, ellos tienen que dar las respuestas porque ellos son los culpables.
Se ha dispuesto una recompensa, para que contribuya con el caso
Yo confío en que salgan poco a poco otro Hugo España y contribuyan con la verdad. Hugo España fue testigo el 8 de enero de 1988 de lo que pasaba con los niños, pero días posteriores hubo otros actores que intervinieron y saben que pasó con los niños.